Fundación Vía Libre lamenta la aprobación del nuevo Código Electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, debido a que mantiene el voto electrónico a pesar de las múltiples opiniones de especialistas que desaconsejan su uso (incluyendo a una amplia mayoría de los departamentos de informática de universidades y al Conicet, que presentó un informe detallado al Estado explicando los motivos).
En el nuevo Código Electoral de la CABA, hay dos puntos graves. Por un lado, se le otorga discrecionalidad a la autoridad de aplicación para definir el instrumento electoral, que es algo que la Constitución le otorga a la Legislatura. Por otro lado, el punto crítico es la incorporación de tecnología en la intermediación entre el ciudadano y la expresión de su voluntad política. A pesar de que se diga que la Boleta Única Electrónica tiene soporte en papel, no deja de haber una computadora en el medio.
El subsecretario de Reforma Política porteño, Hernán Charosky, señaló a Página 12 que “se incorporarán auditorías 90 días antes de la elección, el día del comicio y en los días posteriores. Como la BUE tiene un soporte impreso, el 5 por ciento de las urnas será revisada para constatar que coincida el resultado de las actas con las boletas. También prometieron abrir el control a universidades, al Poder Judicial y a organizaciones de la sociedad civil”.
Desde Vía Libre sostenemos que, a pesar de que haya controles y auditorías, nunca un ciudadano va a poder efectivamente auditar y controlar la elección. De hecho, ante una auditoría seria, no hay sistema de voto electrónico que no sea vulnerable.