¿Cómo afecta el intercambio de archivos a los músicos?

Times Online se pregunta, en un artículo recientemente publicado, ¿Les va mejor a los músicos en un mundo en el que hay intercambio ilegal de archivos?. Para contestar esta pregunta, utilizaron información provista por la British Recording Industry Association (Asociación de la Industria Fonográfica, BPI) y de PRS For Music, una gestora colectiva de derechos que surgió en 1997 de la fusión de la Performer’s Rights Society (Sociedad de Derechos de Intérpretes, PRS) y la Mechanical-Copyright Protection Society (Sociedad de Protección del Copyright Mecánico, MCPS), lo que la convierte en lo que en Argentina sería una combinación de AADI+CAPIF.

La planilla de cálculo confeccionada por Times Online (confeccionamos una versión en ODF con etiquetas en Castellano) muestra la evolución de la recaudación de la industria de la música del 2004 al 2008, período en el que, según la misma industria discográfica, el intercambio de archivos no ha hecho más que crecer. El gráfico resultante, en el que se distinguen las ganancias de los artistas (paleta azul) de las de los intermediarios (discográficas y productores, paleta naranja) es elocuente:

Evolución de ingresos en la industria de la música (gráfico de líneas)


Times Online señala como significativo el hecho de que estos datos sugieren que los ingresos de los artistas por presentaciones en vivo superarán, en este año o el siguiente, los de las discográficas por venta de discos. Por cierto, mostrar esta misma información como un gráfico de área muestra a las claras por qué las discográficas están en pánico, y desenmascara la hipocresía de su supuesta defensa de los intereses de los músicos. Aquí se ve claramente que la recaudación de la industria de la música, como un todo, está aumentando, pero la porción de esa facturación que se llevan las discográficas está disminuyendo, a favor de la porción que corresponde a los músicos:

Evolución de ingresos en la industria de la música (gráfico de área)

Este resultado es consistente con la idea de que la cantidad de dinero que el público está dispuesto a gastar en entretenimiento no depende del precio de éste, y por lo tanto, lo que no gasta en comprar discos (en los que las discográficas se llevan la mayor parte del dinero) lo gasta en música en vivo (en la que los músicos se benefician mucho más).

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