Un caso abierto y cerrado

“(The Economist“, 12/5/01)

Que hay detrás del ataque de Microsoft contra el software de fuente abierta?

Tengan cuidado con el software de fuente abierta, esos malignos programas libres de computadora escritos online por grupos de voluntarios. La licencia que contienen la mayoría de estos programas podría transformar la propiedad intelectual de una empresa en un bien público. Aun más importante, socava el medio de vida de los desarrolladores de software comercial, frenando la innovación. En resumen, este es el mensaje que Craig Mundie, el estratega en jefe de software de Microsoft, trató de enviar el 3 de mayo en un discurso que provocó titulares en los diarios, en la Universidad de New York.

Los discípulos del software libre se apresuraron a descalificar el discurso de Mundie como sólo otro ejemplo de la estrategia típica de Microsoft: difundir temor, duda e incertidumbre para debilitar a los rivales. Para el sr. Mundie, la investigación y el desarrollo parecen estar motivados principalmente por los derechos de propiedad intelectual, comentó Linus Torvalds, el creador de Linux, un sistema operativo libre popular, lo que “significa ignorar enteramente el hecho de que muchísimo de toda la ciencia y tecnología modernas se funda en ideales muy similares al del open source.”

El mensaje del sr. Mundie jugó astutamente con los prejuicios que todavía mantienen muchos de los funcionarios de tecnología de las empresas. La mayor parte del software de fuente abierta es “viral” – la licencia que viene con Linux, por ejemplo, dice que todos los cambios que se hagan al programa deben ser puestos en libre disponibilidad. Pero esto no significa que una empresa que use Linux esté obligada a regalar cualquier aplicación que escriba para el sistema operativo o, peor aún, sus procedimientos comerciales. Y si bien es verdad que el movimiento de software libre compite con los programas comerciales, los grupos de software libre y similares online han sido al menos tan innovadores como las empresas de software creando, por ejemplo, la mayoría de las herramientas tecnológicas que sostienen la Internet.

Sin embargo el discurso del sr. Mundie y la reacción de los partidarios del software libre tienen algún valor, a causa de que el intercambio ha agudizado el debate dentro de la industria del software acerca de los méritos relativos de dos enfoques rivales. Una manera de escribir software, el modo propietario, tiene su principal representante en Microsoft. La empresa contrata los programadores más entusiastas, les paga mucho en opciones accionarias, los hace trabajar duro – y luego vende el producto en una forma que los clientes pueden usar, pero no cambiar (porque viene sin el “código fuente”, el conjunto de instrucciones de computación que configura un programa). El otro enfoque es el de fuente abierta. Motivados por la fama, antes que la fortuna, los voluntarios trabajan colectivamente en el código fuente para un programa, que está libremente a disposición de cualquiera. La mayoría de estos programas son supervisados por un “dictador benevolente”, tal como el sr. Torvalds.

Aunque no es la panacea, el software libre tiene varias ventajas sobre los programas propietarios, aparte de ser gratis. Lo más importante es que tiende a ser más robusto y seguro, porque el código fuente puede ser investigado por cualquiera, lo que hace que sea más factible encontrar errores de programación y fallas de seguridad. Por contraste, rara vez pasa una semana sin que se publiquen titulares sobre una nueva falla de seguridad en un programa de Microsoft. El día anterior al discurso del sr. Mundie, se informó que se había encontrado una falla de seguridad potencialmente peligrosa en uno de los programas servidores de Windows 2000.

El movimiento de software libre no es tanto la causa ideológica de hackers anti-Microsoft como un efecto profundo de la Internet, que significa que está aquí para quedarse. El surgimiento de alternativas gratuitas y de fuente abierta al costoso software propietario indudablemente lastimarán a Microsoft-de allí el discurso del sr. Mundie. En un ulterior viraje hacia el software de fuente abierta, Microsoft esta semana lanzó una nueva línea de software servidor que, según su afirmación, ofrece un “valor superior” a Linux, proveyendo “claridad de propiedad intelectual” y “predictibilidad del proceso de desarrollo”. En otras palabras, dice Microsoft, el software propietario es mejor porque no hay dudas sobre quién es su dueño y lo mantiene-y por supuesto, cobra por ello.

Al mismo tiempo, Microsoft está desplegando también otra de sus estrategias favoritas, llamada “abrazar y extender”. Ahora les garantiza a sus clientes más grandes acceso al código fuente de Windows 2000, bajo la condición de que no modificarán el programa o usarán de nuevo el código. De esa manera Microsoft desea incorporar lo que considera son los beneficios del software libre, tales como el proceso de corregir errores mejorado. El sr. Mundie dijo que este enfoque “equilibrado” mantendría “la propiedad intelectual necesaria para sostener un negocio de software fuerte”.

Para los que propician el enfoque de software libre, esto luce demasiado como una forma de compartir sólo para un lado. Los clientes pueden mirar el código fuente de Windows, informarle a Microsoft acerca de errores y sugerir mejoras, ahorrándole así a la empresa un montón de dinero – pero todavía tendrán que pagar por la nueva versión.

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