Este lunes 5 de abril, la Corte Suprema de Justicia de los EEUU publicó su fallo sobre una larga contienda que tiene como protagonistas a dos gigantes de la industria tecnológica: Google y Oracle. La importancia de esta decisión es central para el desarrollo de software y fundamental para fortalecer temas críticos tales como la interoperabilidad y la libre competencia, dos aspectos centrales de la regulación de la industria.
Empecemos por el final: la Corte falló a favor de Google al establecer que el desarrollo de aplicaciones y el uso de APIs sin autorización del titular del copyright de la misma constituye ‘fair use’.
¿Qué es una API?
En el mundo de la computación, una API (Application Programming interface) es una interfaz que define interacciones entre múltiples aplicaciones de software, define la clase de llamados o pedidos que se pueden hacer a la aplicación, cómo hacerlos, los formatos de datos que se deben usar y qué convenciones seguir para operar con otros sistemas. El uso de APIs simplifica la programación, uno de los principales propósitos de una API es proporcionar un conjunto de funciones de uso general que facilitan la comunicación entre programas, evitando el trabajo de programar todo desde cero. Se usan especialmente para la creación de aplicaciones que deben interactuar con un sistema operativo.
La historia detrás de este caso
Oracle Inc. tiene la titularidad del copyright de Java S.E. una plataforma que utiliza el popular lenguaje de programación Java, desarrollado originalmente por Sun Microsystems (adquirida en 2010 por el gigante Oracle). En 2005, la firma Google LLC compró Android, el popular sistema operativo que tiene una posición dominante en el mercado de los teléfonos móviles inteligentes. Para facilitar que millones de programadores que están familiarizados con Java pudieran desarrollar nuevas aplicaciones para Android, Google copió 11.500 líneas de código de Java SE. Las líneas copiadas por Google son parte de una API, un tipo de programa que permite a los programadores llamar tareas previamente escritas para usar en sus propios programas.
A lo largo del caso, los tribunales inferiores tuvieron que dirimir dos cuestiones centrales: si las líneas copiadas de la APIs son materia de copyright y, en tal caso, si la copia que realizó Google es uso justo o constituye una infracción a la ley de copyright.
El caso contempla dos aspectos de las actuales limitaciones vigentes en la ley de Copyright:
a) la ley vigente en los EEUU establece que el copyright no puede extenderse a cualquier idea, procedimiento, proceso, sistema, método de operación, concepto, principio o descubrimiento, sino a una expresión de idea en concreto.
b) la ley también incluye un impedimento a los titulares del copyright de impedir que otra persona haga un uso justo del material bajo regulación de copyright.
Google apeló a ambas limitaciones, en primer lugar a enfatizar que las APIs no deberían ser materia de copyright y a que la copia de líneas de código para la creación de aplicaciones que puedan interoperar entre sí debería ser considerada uso justo. Es indispensable mencionar aquí que la regulación de copyright sobre software presenta una serie de diferencias sustantivas con otros tipos de obras, ya que los programas de cómputo siempre sirven a un propósito funcional, por lo que la doctrina de ‘uso justo’ juega un rol clave para la creación y distribución de múltiples aplicaciones y evitar así que el copyright sea utilizado para generar barreras que deriven en mayor concentración de mercado.
¿Cómo se define si este uso es legítimo o no según el marco legal de los EEUU?
Para determinar si Google infringió el copyright de Oracle al copiar partes del código de la API de Java SE, la corte examinó los cuatro principios incluidos en la ley de copyright: El propósito y carácter del uso, la naturaleza de la obra original, el monto y proporción usada y los efectos que este uso pueda tener en la normal explotación de la obra. Es central agregar que el uso justo no tiene necesariamente que ver con los usos no comerciales de una obra, como veremos en este caso, puede haber uso justo aún cuando haya una utilización comercial de la misma.
La naturaleza de la obra es esencial en este caso, ya que las partes copiadas eran partes de una interfaz de usuario que provee a los programadores acceso a código pre-escrito mediante el uso de comandos simples. Este tipo de código es diferente ya que está atado a ideas abstractas (como la organización general de la API) y es fundamental para la creación de nuevas expresiones de software. Entender esto es central para la resolución del caso.
Cuando se considera el propósito y el carácter del uso, se debe analizar el carácter transformativo del uso y sus objetivos. En este caso, Google copió sólo la parte indispensable para permitir que los programadores trabajen en un entorno computacional diferente (en este caso, los móviles que corren el sistema operativo Android) sin perder su trabajo en un lenguaje de programación familiar como Java. El uso que le dio Google al código copiado tiene directa relación con la cláusula del progreso, fomentar la creatividad, el desarrollo innovador, que está en la base del principio constitucional de la ley de copyright de los EEUU.
La empresa titular de Android copió alrededor de 11.500 líneas de código declarativo de la API, lo que constituye prácticamente todo el código declarativo necesario para llamar cientos de funciones diferentes. Sin embargo, por mucho que esto parezca, estas líneas no son más que el 0.4% de la API completa. Por lo tanto, al analizar el monto y la proporción usada de código, se puede concluir que, si bien es esencial para la creación de nuevas aplicaciones, es sólo una porción menor de la API en su totalidad.
El cuarto y último criterio a considerar es central: el efecto del uso sobre el valor de mercado de la obra original.Tras un análisis del caso, queda claro que la plataforma móvil de Google no sustituye en el mercado a Java SE y queda claro además que el titular del copyright sobre este último (Oracle) se podría incluso beneficiar por la reimplementación de su interfaz en un mercado diferente.
El tribunal concluyó además que hacer lugar a la demanda de Oracle y consolidar el copyright sobre estos hechos podría causar daños a la creatividad y el desarrollo de software, con su consecuente impacto sobre el bien público, la libre competencia y la dinámica de un mercado de gran innovación.
La SCOTUS concluye entonces que la copia que hizo Google de las partes de la API de Java SE estrictamente necesarias para permitir que los usuarios y programadores desarrollen aplicaciones y obras en un nuevo programa constituye uso justo y por lo tanto cierra un caso que, de haberse resuelto en contrario, podría haber impactado seriamente en la interoperabilidad y el desarrollo de aplicaciones de todo tipo.
La Corte no se expidió sobre si las APIs son materia de copyright, ese tema aún queda pendiente de resolución.