“No es necesario utilizar el voto electrónico para tener listas abiertas”

El experto argentino en seguridad informática, Enrique Chaparro de Fundación Vía Libre, advirtió sobre las vulnerabilidades del voto electrónico, así como también se sorprendió de que el bipartidismo controle las mesas de votación en Paraguay.

En visita a la Redacción de ÚH, el activista Enrique Chaparro, quien impulsó en Argentina desde la Fundación Vía Libre una campaña para evitar que se utilice el sistema de voto electrónico en su país, habló sobre las vulnerabilidades de este modelo, así como también explicó que es un mito el hecho de que solamente con este método se puedan tener listas abiertas. Relató el sistema de integración de mesas electorales en Argentina, que al igual que otros países, sortean entre sus ciudadanos y estos cobran al trabajar y no pueden tener afiliación.

–¿Cómo nace esta inquietud respecto al sistema de voto electrónico?

–Hacia el 2003 en la Argentina comenzó a haber unos experimentos de nivel sobre iniciativas de voto electrónico, particularmente, en algunos municipios, entonces nos pusimos a analizar el tema de cómo la intermediación de un dispositivo digital afectaba positiva o negativamente este derecho fundamental de expresar la opinión política. A partir de allí seguimos una línea de trabajo y hubo número significativo de experiencias parciales en la Argentina y en todas hemos tenido una participación crítica, y en el 2016 el Poder Ejecutivo presentó al Parlamento un proyecto de Reforma Electoral que incluía el voto electrónico.

–¿Cuál fue la reacción de los grupos de la sociedad civil ante esto?

–A partir de una coalición de lo más variopinta, donde estuvimos nosotros pero también otras organizaciones de la sociedad civil, buena parte del sector científico en ciencias de la computación, y otras sobre transparencia, se articuló una campaña que no era de orden partidario por una preocupación común, probablemente, el mayor impulso vino del sector científico académico. De hecho, el Ministerio del Interior de Argentina le pidió al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet) un informe al respecto.

–¿Qué decía ese informe?

–El Conicet se pronunció señalando que no era precisamente una buena idea implementar un sistema electrónico para la emisión del voto, que había otras áreas donde probablemente, con cierto grado de precaución, podía utilizarse la tecnología digital. Hay una zona verde donde no habría mayor problema en usar tecnologías digitales, una zona naranja donde las podemos usar tomando un conjunto de precauciones, y una zona roja donde en el estado actual no debería usarse.

–¿Quiénes más opinaron del sector ?

–Hubo también investigaciones independientes, la Comunidad de la Seguridad Informática es una especie de bolsa de gatos, pero probablemente el único punto de acuerdo que vas a encontrar en ellos es que en cuanto a la seguridad informática a nivel global es que todos miramos con nariz fruncida el proyecto de voto electrónico. Esto tiene su asidero, quienes trabajamos en el mundo del sistema de información sabemos cuáles son sus debilidades y cuáles son sus debilidades irreparables, y las consecuencias que tiene cualquier acto irreversible. Si yo uso mi tarjeta para pagar mi cuenta por internet, a fin de mes tengo el extracto y si hay problemas veremos entre ambos cómo esclarecer el asunto, pero quién me devuelve el voto, eso ya es un acto irreversible, además, en el caso del banco, a ambos nos interesa esclarecer si soy yo, pero en un sistema electoral no.

–¿Cómo ve las experiencias en otros países?

–En general, todo sistema de voto electrónico que ha sido sometido a auditoría independiente ha sido quebrado, el brasileño, el de la India, el de Estonia, todos los que se usan en EEUU, y en todos los pocos países que utilizan el voto electrónico.

–¿Hay una tendencia entonces de abandonar el voto electrónico?

–La tendencia de las democracias desarrolladas ha sido abandonarlo, después de haberlo experimentado, Alemania, Holanda, Noruega, Italia… en Italia hace poco hubo un referéndum para mayor autonomía en el Beneto y en Lombardía, dos zonas del norte; los del Beneto usaron tablets y los de Lombardía el método tradicional con papeleta, y los resultados de Lombardía ya tuvieron resultados a las once de la noche, y los del Beneto tuvieron recién a las ocho del día siguiente porque les falló el sistema. Imaginate el riesgo que se pone en el sistema democrático. En Buenos Aires en el 2015 se utilizó el voto electrónico y los datos de 300 mesas no pudieron ser transmitidos y terminaron transportando las máquinas a la sede de la legislatura.

–¿En qué sí puede ayudar la tecnología digital para el sistema electoral?

–Por un lado en el sistema de confección, por ejemplo, darle a la autoridad de mesa una aplicación en el teléfono para que pueda ingresar los datos y verificar que las cuentas están correctas y luego con un cable USB lo enchufamos a una impresora e imprimimos el acta, y luego se usa para firmar, eso ayuda a que sea legible y aritméticamente correcta, y esa acta con un código QR que puede ser leído por otro teléfono para que los datos sean transmitidos, de manera que nadie tenga que transcribirlos y no haya errores de tipeo. En la provincia de Santa Fe utilizan este sistema.

–Aquí tenemos el problema de que dependemos exclusivamente de las actas, porque las urnas no se preservan, ¿cómo es en la Argentina?

–En la Argentina se preservan las urnas hasta que se completa el escrutinio definitivo, es decir, lo que se hace a nivel de las mesas de votación se llama escrutinio provisorio, y cuando se juzgan las actas en la Justicia Electoral se revisan las urnas si hay problema con alguna.

–¿Cómo se integran las mesas electorales?

–Los presidentes de mesa son designados entre los ciudadanos que les correspondería votar en esa mesa y por sorteo se verifica que el sorteado no esté afiliado a ningún partido político, y se designa un presidente y un adjunto por cada mesa, y se designan dos porque a veces falta alguno y la disponibilidad ayuda a reemplazar o relevar al presidente cuando quiera ir al baño, por ejemplo.

–¿El sistema de listas abiertas requiere del voto electrónico?

– No hay una correlación directa entre la existencia de listas abiertas y la necesidad de un sistema de voto electrónico. Suiza vota con un sistema muy complejo de lista abierta y vota y cuenta a mano, puede votar a tres de diferentes listas. Dinamarca tiene lista abierta, Holanda tiene lista abierta, Suecia tiene lista abierta, Noruega tiene lista abierta, y ninguno de ellos tiene sistema de voto electrónico. Ahora, el problema de las listas abiertas es la gran fragmentación parlamentaria y los sobres bajo la mesa para lograr consensos.

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