Investigación de “The Economist“, 14/4/01 Parte 5
Cuando el Extensible Markup Language, o XML, apareció por primera vez en escena en 1996 como el estándar propulsado por el World Wide Web Consortium (W3C), la mayor parte de los expertos pensaron que era simplemente una versión más sofisticada del Hypertext Markup Language (HTML), en el que la mayor parte de las páginas de la red están escritas hoy. En vez de decirle simplemente a la computadora cómo mostrar los datos, como lo hace el HTML, un documento escrito en XML también contiene información acerca de lo que el dato representa – por ejemplo, una fecha o una cotización de bolsa. Más importante, el XML puede ser, como su nombre lo implica, extendido.
A diferencia del HTML, que tiene un conjunto limitado de etiquetas para describir un documento, el XML permite a los programadores inventar sus propias etiquetas, mientras puedan explicar, en forma estándar, lo que han hecho y adherir esa información al documento. Hasta ahora, la mayor parte del trabajo en XML se ha concentrado en cómo usar la tecnología para intercambiar datos entre empresas, como ya lo hace, aunque torpemente, el Electronic Data Interchange (EDI). Hay actualmente docenas de grupos en varias industrias desarrollando dialectos de XML para sectores particulares. Los más conocidos son RosettaNet para electrónica y Acord para seguros. Pero también hay algunos menos gravitantes, como ChessML y MindreadingML, que usan etiquetas como (absorbepensamiento) y (temores profundos).
El año pasado, la creciente comunidad de programadores de XML trasladó su atención a otra cuestión: cómo transferir exactamente archivos XML entre partes. Según resultó, no es suficiente saber qué es lo que los datos representan. Un proveedor también tiene que enterarse, por ejemplo, que sus minoristas han recibido un cambio de precio y si intentan hacer pedidos. Hoy existen más de una docena de protocolos de transporte luchando por convertirse en el estándar para esto. El SOAP (Simple Object Acces Protocol) hasta ahora ha atraído a la mayoría de sostenedores. Pero también hay esfuerzos más ambiciosos, tales como ebXML (electronic business XML) sostenidos, entre otros, por las Naciones Unidas. Más recientemente, la industria del software ha comenzado a trabajar en cómo encontrar servicios de red en la nube. En setiembre pasado, Ariba, IBM y Microsoft propusieron un estándar llamado Universal Description, Discovery and Integration (UDDI).
El esfuerzo, al que se agregaron luego Hewlett-Packard, Intel y Oracle, apunta a construir un directorio mundial para servicios en la red. UDDI va de la mano del Web Services Description Language (WSDL), usado para describir la función de un servicio en la red y su proveedor. La sopa alfabética se irá haciendo cada vez más espesa. La industria ya está trabajando en algo que se llama Transaction Authority Markup Language (XAML), que podrá deshacer una transacción que involucre múltiples servicios de la red si alguno de ellos falla. No sorprende entonces que las empresas líderes de software ya estén hablando de crear un cuerpo de estándares para XML para evitar la confusión linguística – entre computadoras. Los usuarios quizás tengan que aprender todavía otra x-palabra: XMLC, por XML Consortium.