Legislar requiere reflexión y diálogo

Federico Heinz contribuyó con esta columna a la edición Nro. 268 de la publicación semanal Bloggers Report:

El año pasado se produjo un escándalo mediático cuando las casillas de correo electrónico de algunos periodistas fueron violadas, revelando información confidencial. Este acontecimiento tuvo la virtud de avivar la conciencia acerca de la necesidad de reformar el código penal para que contemple las modalidades delictivas que actualmente no están previstas, como por ejemplo la penetración dolosa de sistemas informáticos.

Lamentablemente, el manejo del asunto por parte de la prensa alentó más al pánico que a la reflexión y el debate racional. El justificado sentimiento de “¡no puede ser que no sea delito que lean mi mail!” no dejó espacio, por ejemplo, para llamar la atención sobre el hecho de que es extremadamente imprudente conservar datos confidenciales en Hotmail, o en cualquier otro sistema de correo electrónico basado en la web.

Algunos legisladores encararon la situación proponiendo textos francamente surrealistas pero otros tuvieron mayor tino. Si bien muchos diputados involucrados en el tema se prestaron a escuchar a quienes tenían para aportar al proyecto, la prisa mediática los llevó a sancionar un proyecto que aún contiene formulaciones que penan la distribución de programas “destinados a causar daño” tal como mencioné en una columna anterior en este medio.

El apuro fue, sin embargo, en vano: el proyecto fue girado a Senadores en 9 de noviembre del año pasado, y allí quedó sin tratamiento por meses. Nuevamente un hecho mediático, el fallo de la jueza Ana Díaz Cano sobre el acceso indebido a la casilla de correo de un abogado, parece haber motivado al proceso legislativo, con reuniones urgentes en el Senado para acelerar la discusión del proyecto.

Los seis meses que transcurrieron desde que el proyecto ingresó al Senado podrían haber sido utilizados para realizar un debate amplio sobre este tema tan complejo, para consultar a instituciones académicas y organizaciones civiles, para reflexionar sobre las consecuencias de legislar de una u otra manera.

Nada de eso pasó, y hoy nuevamente la opinión pública presiona a los legisladores para que se expidan con urgencia. Nos cabe esperar que los Senadores tengan el aplomo necesario para debatir el asunto de manera amplia y tranquila, de modo que acabemos con una ley correcta, aunque demore un poco más.

Archivo