Ilusiones Electrónicas

Este artículo fue publicado hoy en el Portal Canal-ar.
Por Beatriz Busaniche
La incorporación acrítica de voto electrónico y la naturalización de prácticas inadmisibles en un acto electoral

Quienes seguimos el acto electoral de la provincia de Salta el domingo pasado fuimos testigos de una puesta de marketing impecable, donde la promoción de un producto comercial estaba absolutamente velada por todas las ventajas promocionadas: rapidez, transparencia, modernidad. Sin embargo, vimos hechos que preocupan y que velados por la ideología técnica pasaron de largo con toda naturalidad.

Un video publicado por la agencia de noticias del Norte Argentino, Copenoa, dio cuenta de un problema de funcionamiento en la máquina más observada de la provincia, la misma donde iba a emitir su voto el ahora reelecto Gobernador Urtubey. La máquina se ‘tildó’ y un joven, que suponemos era empleado de la empresa proveedora del sistema, se acercó al equipo para cambiar el software. Un muchacho solo, sencillamente haciendo su tarea de reiniciar el equipo con otro CD de software. Ningún fiscal, autoridad de mesa, representante de partido político observando, y aunque lo hubieran hecho, quién sabría lo que hay en ese bendito CD.

El sistema utilizado en Salta es, seguramente, mucho mejor que cualquiera de los demás que se usaron en otras elecciones locales (Pinamar, Marcos Juárez, Ushuaia o Las Grutas), incluso mejor que el tan promocionado sistema de Brasil (que además de no emitir boletas en papel, ya fue vulnerado por un investigador de seguridad informática que logró quebrar el secreto del voto en esos sistemas). Sin embargo, naturaliza actos a los que nadie debería acostumbrarse.

En primer lugar, el sistema de MSA no soluciona el problema del secreto del voto. El mismo método aplicado para vulnerar las urnas brasileñas, que también se usó en Holanda y que dio como consecuencia la prohibición del uso de urnas electrónicas en ese país es pasible de aplicación en el sistema usado en Salta. Nadie dio cuenta de esto ni se tomaron recaudos mínimos. Además, el hecho de contar con un chip RFID hace todavía más problemática la confianza en el secreto del voto en este caso.

En segundo lugar, la escena que vimos del técnico solo frente a la máquina muestra que efectivamente los fiscales no tienen chance alguna de fiscalizar. Y si esto es así, se ha vulnerado uno de los principios esenciales de la democracia: el derecho ciudadano a auditar las elecciones.

En tercer lugar, durante el escrutinio vimos también algunas imágenes que mostraban que las autoridades de mesa de pie frente a la urna pasando el chip por el contador. Corroboraron también que lo que contaba la máquina fuera lo que estaba efectivamente impreso y verificado por el votante?

Todo pasó naturalizado bajo el halo de la modernidad. Sin embargo, nadie dice que lo ocurrido es además un acto de privatización del acto electoral, donde los únicos capacitados para revisar el funcionamiento de las máquinas son empleados de la empresa y no los ciudadanos que queremos y debemos participar del acto electoral. Además, vale mencionar que si bien este sistema es de los mejores en el mercado, si el país entero decidiera adoptarlo debería hacerlo sólo con esta empresa, ya que la firma Magic Software tiene sobre el sistema una patente vigente en Argentina con validez hasta el año 2024. Es decir, en el mejor de los casos estaríamos privatizando el acto electoral en manos de un monopolio.

La ventaja supuestamente más importante del sistema fue la rapidez, sin embargo, pasados 45 minutos del escrutinio, el sitio web daba cuenta de no más de 6 mesas efectivamente contabilizadas. Los medios de comunicación, por supuesto, repetían hasta el cansancio que las mesas más rápidas eran las de voto electrónico, reforzando la campaña publicitaria.

En Salta, más allá de Urtubey, los grandes ganadores fueron los promotores de la tecnocracia y los que prefieren la privatización del acto electoral por encima del ejercicio de los derechos ciudadanos. Y por supuesto, una empresa que, en todo su derecho, está abriendo la puerta a un negocio gigante.

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