Este artículo de Xavier Ibarreche fue publicado en Ámbito Financiero.
En las próximas elecciones debutará la validación de la identidad del votante a través del cotejo de datos biométricos. El nuevo sistema se aplicará en mil mesas divididas entre seis provincias de frontera, afectará a unos 350 mil ciudadanos y costará unos $ 67 millones.
La iniciativa es impulsada por la Cámara Nacional Electoral (CNE), el organismo judicial encargado de organizar las elecciones nacionales. A través de una acordada extraordinaria, a fines de junio pasado la Justicia anunció la implementación del nuevo sistema justificando “la incorporación de mayores garantías sobre el proceso electoral” en zonas cercanas a un paso internacional.
Si bien será una prueba piloto, ONG’s consultadas por este medio advirtieron por la implementación de la validación biométrica de la identidad sólo en distritos fronterizos de la zona Norte y alertaron por el uso de un dispositivo biométrico como mediador del acto electoral.
Vale mencionar que los datos biométricos son los métodos automáticos para el reconocimiento único de personas, como por ejemplo las huellas dactilares, el rostro o el iris. El dispositivo de reconocimiento biométrico que se usará es similar al que emplea el RENAPER para confeccionar los DNI y será provisto por Smartmatic.
• Cómo será el reconocimiento biométrico de votantes
En un millar de mesas distribuidas entre Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Misiones y Salta además de contar con el padrón impreso en papel, también habrá un lector de huellas dactilares. A la hora de votar, los votantes primero deberán validar su pertenencia al padrón correspondiente y una vez que los fiscales le den el visto bueno deberá apoyar su pulgar derecho sobre el lector de huellas. En ese momento, el presidente de mesa cargará el número de DNI y deberá constatarlo con la base de datos del RENAPER.
Fuentes de la Justicia electoral vinculadas con la puesta en marcha de este proceso comentaron a este medio que si las huellas “no pueden ser validadas por la tecnología”, el elector no se va a quedar sin votar porque “se guardará la huella para que después se pueda fiscalizar”. En aras de un mejor desempeño electoral, desde la CNE advirtieron que este tipo de tecnología permitirá “aplicar nuevos controles que robustecen y agilizan los procedimientos registrales”.
Sin embargo, organizaciones vinculadas al derecho electoral y a los derechos humanos alzaron su voz de alerta ante el nuevo procedimiento. En tal sentido, desde el Instituto de la Democracia y las Elecciones (IDEMOE) advirtieron que “primero se debe realizar una nueva registración biométrica de los electores para cotejar y no al revés”.
La directora ejecutiva de la organización, Silvana Yazbek consideró que para poner en marcha la iniciativa “se requiere contar con las huellas actualizadas de los ciudadanos sobre todo en los caso en los que no se cuente con un AFIS dactilar” (sistema informático que permite la captura, consulta y comparación de huellas).
Lo cierto es que la utilización de los datos biométricos para la confección de los padrones electorales ya es una realidad en países de la región como Brasil, Venezuela, Bolivia, Colombia y República Dominicana.
Por su parte, desde la Fundación Vía Libre señalaron que la incorporación de identificación biométrica de votantes “es uno de los procedimientos electorales más cuestionados junto con la emisión del sufragio mediado por computadoras”.
La presidente de la institución, Beatriz Busaniche, sostuvo que en esta prueba piloto “existe la posibilidad de tener un minuto a minuto del acto electoral y en consecuencia, operar sobre el territorio para inclinar la balanza en un sentido u otro de la elección”.
En tanto, Yazbek apuntó que “los electores podrían ser sorprendidos con la propuesta y negarse a cotejar la huella”. En ese sentido, la especialista en derecho electoral sostuvo que el procedimiento “debe ser reglamentado de forma precisa para abordar como el caso de que un votante lo considere invasivo”.
En ese sentido, Busaniche advirtió que “el registro de bases de datos biométricos es un avance grave sobre la privacidad de las personas” y que “cualquier avance en este sentido es regresivo en materia de derechos de las personas”.
A pesar de las voces de alerta por la posible negativa de votantes a cotejar sus huellas por considerarlo un método invasivo, desde la Cámara Nacional Electoral sostuvieron a este medio que “negarse a poner la huella es como negarse a dar el DNI cuando se lo piden para votar”. En ese sentido, fuentes de la Justicia electoral advirtieron que “hasta ahora no pasa que se nieguen en un procedimiento cuando van a votar y pretendemos que no se nieguen a hacerlo con este nuevo instrumento”.
• Fronteras y tecnoutopías, advertencias sobre el nuevo sistema
La selección de provincias en donde se hará la prueba piloto también despertó objeciones por parte de las organizaciones no gubernamentales. En tal sentido, las instituciones además alertaron por la escasa solución que podría brindar este tipo de medida a la hora de solucionar problemas vinculados con el resguardo electoral.
Desde la CNE indicaron que “no queremos que tenga un sesgo policial ni xenófobo” porque “no creemos que las elecciones en el Norte sean ilegítimas”. Fuentes ligadas a la implementación de esta iniciativa señalaron que “dentro de la lógica electoral está el de sumar la mayoría de los elementales a la hora de registrar electores como lo son la tecnología y los datos biométricos”.
Sin embargo, Yazbek advirtió que “nosotros no hemos observado casos de suplantación de identidad” y que llegada la eventualidad “pueden darse en otros distritos y entre argentinos pero no necesariamente en una zona de frontera Norte, más vinculadas a la transhumancia”. En ese sentido la especialista sostuvo que los dispositivos “podrían haberse distribuido en forma aleatoria en todo el país”.
En tanto, Busaniche sostuvo que “hay una ilusión tecnoutópica que se supone que incorporando tecnología se van a solucionar los problemas de la sociedad y la política”. Asimismo, la presidente de Vía Libre alertó: “En lugar de solucionar los problemas de fondo, depurar efectivamente los padrones, consolidar una estructura efectiva de control de las elecciones se incorpora tecnología que es invasiva y que afecta los derechos de la ciudadanía”.