Por 21 votos en contra frente a 15 a favor, el parlamento francés dio la sorpresa del día al rechazar el proyecto de ley que permitía monitorear y desconectar de internet a los usuarios que usan sistemas de intercambio de archivos. Pese al lobby de las corporaciones de la industria de la música, representados muy bien por la primera dama Carla Bruni y la estrella de la canción francesa Johnny Hallyday, los legisladores franceses parecen haber entendido que instalar un sistema de este tipo iba a entregar el enorme poder de monitorear a todos los franceses a la corporación de propietarios de derechos de autor. Activistas por las libertades civiles y miembros del partido socialista habían advertido que esta legislación otorgaría inaceptables poderes de vigilancia a un sector de la sociedad sobre el conjunto de los ciudadanos franceses y se constituiría en la “criminalización de una generación entera”.