Investigadores, estudiantes, organizaciones de la sociedad civil, educadores, bibliotecarios, entre otros, realizaron un llamamiento a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual para que tome acción inmediata para que los sistemas de propiedad intelectual no constituyan una limitación en la lucha contra esta pandemia global.
Fundación Vía Libre, como organizacion observadora acreditada ante la OMPI y como integrante de una gran red global de instituciones y personas que trabajan en el campo de la propiedad intelectual acompaña esta carta a Francis Gurry, Director General de la Organización para afrontar los desafíos de la pandemia. A la fecha, la carta fue acompañada por más de 300 organizaciones e individuos en 45 países, incluyendo un número destacado de personas de Argentina.
La carta enfatiza que la pandemia es un punto de inflexión para el reconocimiento indispensable de la importancia de las limitaciones y flexibilidades a los diferentes sectores de la propiedad intelectual, muy especialmente patentes y derechos de autor.
Los sistemas de propiedad intelectual deben habilitar y no limitar la investigación científica, el acceso a las últimas publicaciones en la materia, así como el acceso y disponibilidad pública de datos que permitan a los investigadores y académicos del mundo avanzar en la lucha contra la pandemia. Especialmente, se debe considerar la flexibilidad en el uso de medicamentos bajo patente que puedan ser usados en tratamientos aún en etapa experimental contra la Covid-19.
Aquí el texto de la carta en español. En el link la versión en inglés y el listado de firmantes institucionales e individuales.
Abril 3, 2020
Director General Francis Gurry
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
34, chemin des Colombettes CH-1211
Geneva 20, Switzerland
Estimado Dr. Gurry,
Escribimos como organizaciones e individuos que representan como colectivo a investigadores, educadores, estudiantes y las instituciones que les brindan apoyo, para incentivar a la OMPI a que tome una posición clara en favor de asegurar que los regímenes de propiedad intelectual sirvan de apoyo y no sean un obstáculos para los esfuerzos para enfrentar tanto el brote de coronavirus como sus consecuencias.
La pandemia del COVID-19 ha echado luz sobre la importancia que tienen las limitaciones y excepciones a la propiedad intelectual para el desarrollo y el florecimiento humano. Los investigadores descubrieron la propagación del virus a través de un proyecto de minería de datos y textos que analizó artículos periodísticos protegidos por derecho de autor, gracias a las flexibilidades previstas por el trato justo con fines de investigación establecidas en las leyes de Canadá. Los tratamientos potenciales más tempranos han sido desarrollados a través de los medicamentos existentes, permitidos por las excepciones sobre patentes previstas para los usos experimentales.
Ahora, escuelas, universidades, bibliotecas, archivos, museos e institutos de investigación a lo largo del mundo, forzados a cerrar sus edificios, están transfiriendo sus materiales a plataformas en línea y proveyendo acceso remoto, pero solamente donde lo permiten las leyes de derecho de autor. Sin embargo, estas y otras actividades críticas para enfrentar la crisis no están siendo realizadas en todos lados ―incluyendo los lugares donde se han pagado subscripciones por adelantado― simplemente porque no son legales en todos lados.
Hemos visto algunos pasos útiles por parte de un número de países, y por parte de algunos titulares de derechos, para facilitar el acceso a artículos académicos y otras obras, a materiales educativos y culturales, datos de investigación, bibliotecas químicas y medicinas y dispositivos médicos necesarios que están sujetos a derechos de propiedad intelectual. Estos pasos deben ser elogiados. Pero se necesita mucho más. Y la OMPI puede ayudar a liderar el camino.
Lo instamos a que utilice su posición como el líder del sistema global de propiedad intelectual para tomar acciones urgentes para guiar a los Estado Miembros y otros en su respuesta a las cuestiones de propiedad intelectual que plantea el coronavirus. Estos pasos deberían incluir:
Incentivar a los Estados Miembro de la OMPI a utilizar las flexibilidades del sistema internacional que permite el uso de obras protegidas por derechos de propiedad intelectual para la educación en línea, para usos de investigación y usos experimentales, y para intereses públicos vitales, tales como el acceso a medicinas y el acceso a la cultura;
Llamar a todos los titulares de derechos a que remuevan las restricciones de licenciamiento que inhiben la educación remota, la investigación (incluyendo para proyectos de minería de datos y texto y para inteligencia artificial) y acceso a la cultura, incluso a través de fronteras, tanto para ayudar a resolver la pandemia global como para minimizar la disrupción causada por ella;
Apoyar el llamado de Costa Rica hacia la Organización Mundial de la Salud para crear un fondo global de derechos sobre tecnologías y datos relacionados con el COVID-19, así como promover el uso del Fondo de Patentes Medicinales, el licenciamiento voluntario, las prendas voluntarias de propiedad intelectual, el licenciamiento obligatorio, utilización de las leyes de competencia, y otras medidas para eliminar barreras a una producción, distribución y venta global y competitiva de productos potencialmente efectivos para detectar, prevenir y tratar el COVID-19.
Apoyar los derechos de los países para habilitar y utilizar excepciones para los secretos comerciales y otros derechos de propiedad intelectual necesarios para facilitar mayor acceso a la información de producción, líneas celulares, información comercial confidencial, datos, software, borradores de productos, procesos de manufactura y otra materia de interés necesaria para alcanzar acceso universal y equitativa a las medicinas y tecnologías médicas vinculadas al COVID-19 tan rápido como sea razonablemente posible.
Creemos que la OMPI a través de su liderazgo puede mostrar su compromiso de alcanzar el desarrollo sostenible tomando una acción rápida y clara para asegurar que el sistema global de propiedad intelectual promueve la investigación, la educación, el acceso a la cultura y la salud pública.
Suyo sinceramente,