Adiós 2023

Qué año difícil acabamos de pasar en Argentina. Crisis económica, incertidumbre y un largo proceso electoral que monopolizó la agenda desde mediados de Agosto. Finaliza un año en el que nuestro país dio un giro político que pocos se atrevían a pronosticar años atrás, pero que sigue la línea de otros procesos electorales en diversos lugares como Brasil y EEUU. Argentina vive una crisis política profunda y el flamante presidente Javier Milei tuvo la capacidad de interpelar los descontentos de diversa índole. 

La crisis política es tan profunda que las instituciones de la democracia crujen a 40 años de la restauración histórica que el pueblo argentino logró tras la trágica noche de la Dictadura cívico militar de la década del 70. El 10 de diciembre pasado se cumplieron exactamente 40 años y justo en ese día asumió el poder un político que no fue capaz de decir en televisión si cree o no en la democracia, acompañado por una vicepresidenta que directamente y sin tapujos defiende y reivindica el accionar de la dictadura.  

El año cierra con una crisis profundizada en todo sentido. Inflación desbocada, debates abiertos en todos los frentes, propuestas legislativas y ejecutivas que directamente socavan los derechos adquiridos en materia social, económica y cultural. Es imposible hacer un balance organizacional sin poner esto como panorama y contexto.  

En este año complejo, desde Fundación Vía Libre continuamos trabajando en la defensa irrestricta de las garantías constitucionales y los Derechos Humanos como faro en nuestro acotado mundo de la implementación de tecnologías y sus impactos en la vida de las personas. Aún así tuvimos una visibilidad pocas veces lograda en nuestros 23 años de trayectoria. 

La utilización de voto electrónico en una elección vergonzosa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reflotó una agenda de la que esperábamos estar liberados a comienzos del año. Sorpresivo fue el anuncio que puso las máquinas de votación una vez más sobre la mesa. Lo que no fue sorpresivo fue el fiasco que esa implementación supuso, a punto tal que no fue utilizado en el resto del proceso electoral. Trabajamos muy fuerte esa agenda, incluso con un amparo ante la justicia para velar por los derechos políticos del electorado de la Ciudad de Buenos Aires que tuvo que usar ese sistema.  

En paralelo, seguimos con nuestro proyecto en el ámbito de la ética en Inteligencia Artificial. Inauguramos el año con una muy buena repercusión de nuestra labor en el marco de diversas actividades internacionales, desde Khipu en Montevideo hasta la AI Safety Summit en Londres, donde la participación latinomericana fue cercana mínima.  

Mientras tanto, desarrollamos talleres, charlas, compartimos experiencias en ámbitos tan diversos como la Red de IA Feminista así como en numerosas invitaciones y convocatorias a eventos por parte de las autoridades nacionales. Escribimos, firmamos y divulgamos la declaración de Montevideo sobre una IA latinoamericana para una construcción justa de tecnologías que den cuenta de nuestra realidad y nuestros contextos. 

Nuestras articulaciones con el mundo académicos nos permitieron crecer, ampliar las miradas y nuestros equipos, sumar visiones y debates, y por sobre todo, aportar a la construcción colectiva de conocimientos sobre Derechos Humanos y Tecnologías.  

Trabajamos intensamente en nuestro proyecto de protección legal de la comunidad de seguridad de la información, otro eje clave de nuestras acciones, mediante documentos de posición, investigación y una plataforma para reporte responsable que mantenemos en pie para que reportar vulnerabilidades no suponga un riesgo penal para las personas practicantes de la seguridad informática. 

La protección de la privacidad y los datos personales también tuvieron relevancia en nuestra agenda. A sabiendas de que es urgente reformar la legislación vigente en Argentina, entendemos que los tiempos legislativos y los consensos no alcanzaron para modernizar una legislación que aún de forma limitada sirve para proteger los derechos de la ciudadanía. Así, en un año electoral de magra actividad parlamentaria, trabajamos más en investigar, sensibilizar y dialogar que en incidencia legislativa. 

El software libre, la cultura libre, la discusión sobre el acceso a la cultura sigue siendo nodal a nuestra misión, a la que sumamos algunos debates urgentes vinculados con el impacto ambiental de las tecnologías, la obsolescencia programada y la urgente necesidad de pensar tecnologías apropiadas, socialmente justas y viables económica y medioambientalmente.   

En nuestra agenda internacional, seguimos como siempre las agendas de la OMPI, la OMC y los diversos organismos internacionales que tocan nuestros temas de agenda.  Porque cada vez más, la tecnología y los Derechos de las Personas se cruzan en diversos caminos y es ahí donde estaremos una vez más para cumplir nuestra labor. 

Nada de lo hecho sería posible sin un hermoso equipo que se esfuerza, estudia, aporta, conversa, cuestiona, investiga, trabaja y siempre suma a la misión de Vía Libre en estos 23 años de existencia. Nuestros donantes de fondos y organizaciones colegas que cooperan en la labor también son indispensables y les agradecemos una vez más la confianza y la ayuda para seguir construyendo esto que somos. 

Desde Vía Libre esperamos un 2024 con mucho trabajo en defensa del espacio de debate público y la libertad de expresión, especialmente con una reivindicación urgente y necesaria de los Derechos Humanos en una sociedad que atraviesa una crisis política y económica de proporciones. Nuestra labor a nivel nacional, regional e internacional seguirá con el compromiso asumido de promover una cultura democrática y principios éticos y de Derechos Humanos en la construcción e implementación de tecnologías en nuestra vida cotidiana.

Editoral por Beatriz Busaniche en el Anuario 2023 

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