GPLv3: La vigilia permanente es el precio de la libertad*

Este 29 de junio, la Free Software Foundation publicó el texto definitivo de la licencia GPL en su tercera versión. El proceso de discusión y consulta pública convocó la atención de las comunidades de Software Libre de todo el mundo a lo largo de más de un año y medio de trabajo. Hacer estos cambios y hacerlos hoy no es casual. Desde 1991, fecha de la última revisión, el escenario jurídico y técnico relacionado al software libre ha cambiado considerablemente.

Permiso para ser libre

En 1983, Richard M. Stallman (de ahora en más RMS) dio el puntapié inicial del proyecto GNU (GNU’s not Unix) con la meta de construir un entorno informático completamente libre. RMS es un hacker. Sin embargo, una de sus principales obras no es un programa informático sino una pieza de texto jurídico, una licencia de software que se ha convertido en algo así como la constitución básica del movimiento denominado “copyleft”. Un verdadero “hack” (en el sentido de truco ingenioso) sobre el sistema de copyright. Recordemos antes de avanzar que todo el software está bajo copyright desde el momento de su publicación. El software libre no es la excepción. El software es libre porque quien tiene el copyright decide publicarlo bajo una licencia que lo hace libre.

Para esto, RMS acuñó la Licencia Pública General de GNU, una licencia pensada para otorgar las libertades de usar los programas con cualquier propósito, estudiar cómo funcionan, adaptarlos a las propias necesidades, copiarlos sin limite alguno, mejorarlos y distribuir las mejoras. La única condición esencial de la licencia, es que al redistribuir el programa o sus obras derivadas, siga siendo libre. Esta licencia copyleft impacta hoy no sólo en el ámbito del software, sino que ya hay numerosas experiencias de licencias para obras musicales, escritos, videos, sitios web y hasta tesis universitarias publicadas bajo términos similares. Hoy se habla en diversos medios de la “cultura copyleft”.

En 1991, la Free Software Foundation publicó la GPLv2, la licencia que acompañó a gran parte del movimiento de Software Libre a lo largo de más de 16 años. Es este texto, y no el código o las virtudes de algún programador, lo que hace que el software sea libre. La cuestión es jurídica, no técnica.

Injusto sería hablar de la versión 3 sin reconocer los méritos enormes de la GPLv2 y las contribuciones al Software Libre tal como lo conocemos hoy. Esta licencia, y en particular el hecho de que sea copyleft, es lo que nos ha permitido cultivar comunidades sólidas alrededor de los programas de computadora que confeccionamos, sabiendo que el respaldo jurídico ideado por RMS garantiza que todo aquel software que liberamos seguirá siendo libre no importa por qué manos pase ni quién lo modifique.

Conservar la libertad

Existe un viejo dicho que indica que “si algo funciona, para qué arreglarlo”. Y no son pocos los que hicieron ese planteo cuando la FSF llamó a consulta pública global para la actualización de la licencia GPL a su versión 3. Desde entonces la consigna ha sido clara: Existen hoy una serie de amenazas que ponen en riesgo la libertad que no existían o eran muy incipientes en el momento de publicación de la GPLv2 y que por lo tanto no están contempladas en ella. Por otro lado, la comunidad de Software Libre ha crecido enormemente desde aquellos primeros años.

La misión de GPLv3 es la misma que la de sus predecesoras: Preservar la Libertad.

En esta revisión, la FSF no se ha propuesto otra misión que la de seguir cumpliendo este objetivo y ningún otro. De hecho, cambiar de una licencia a otra no es una obligación y no habrá ningún problema con aquellos programas que sigan distribuyéndose bajo versiones anteriores. El hecho de que GPLv2 y v3 sean incompatibles entre si (como toda licencia copyleft) no es impedimento para que varios programas con estas diferentes licencias se distribuyan juntos. GPLv2 seguirá tan vigente como antes. Pero ahora la comunidad tendrá la versión 3 para defenderse de una serie de amenazas aparecidas en los últimos años.

Tivo – Software Libre hasta por ahí nomás…

Una de estas amenazas es lo que se ha denominado “tivoización”, o el efecto Tivo. Tivo es un sistema de grabación digital de televisión que ejecuta software bajo GPL- por supuesto, libre.- Tivo cumple con las especificaciones de la licencia, sin embargo, ha encontrado un hack a nuestro hack y se las ha ingeniado para impedir el ejercicio de algunas libertades, aún sin violar la licencia. Denominamos tivoización a este proceso, que cumpliendo fielmente la GPL, implementa un sistema que impide en la práctica que las personas modifiquen el programa y lo vuelvan a ejecutar en ese hardware. Esto se logra mediante firmas digitales que hacen que sólo el software “firmado” sea ejecutado por la máquina. Cuando alguien ejerce la libertad de modificar el programa, el hardware no lo valida y torna imposible su ejecución.

GPLv3 tuvo, desde el inicio de la discusión, un foco importante en la resolución del problema de los DRM, sistemas de gestión digital de restricciones diseñados para limitar lo que las personas pueden hacer con sus entornos informáticos. Estos sistemas se están popularizando masivamente y ya casi es imposible conseguir reproductores digitales de música, teléfonos celulares o sistemas de grabación digital que no los contengan. Por otro lado, saltarlos se está convirtiendo en una acción ilegal en muchos países (la Digital Millenium Copyright Act de los EEUU es la legislación bandera en este campo).

La nueva versión de la licencia asegura que las personas puedan remover estas limitaciones sin tener riesgos legales. GPLv3 no prohibe los DRM ni el desarrollo de ninguna otra aplicación de esa naturaleza. Simplemente asegura la libertad de removerlos mediante un mecanismo jurídico que literalmente limita la “tivoización”.

Libre si te dejan…

El otro gran tema que aborda la GPLv3 es el de las patentes de software. Los programas de computadora están cubiertos por copyright en todo el mundo, sin embargo, en algunos países, especialmente Japón y EEUU, se ha vuelto posible registrar ideas implementadas en software bajo el sistema de patentes (En Argentina no tenemos este problema, pero siempre hay que estar atentos para evitar posibles modificaciones a las leyes en este sentido). Así, no sorprende encontrar en esos países patentes sobre el doble click o sobre algún algoritmo matemático específico.

Las patentes de software son una amenaza a la confección y distribución de programas. Un campo minado a decir de RMS para el desarrollo de software y la innovación. No en vano, empresas como Microsoft están usando sus carteras de patentes para intimidar y eliminar la competencia. Los acuerdos de patentes de la empresa de Redmond con algunas empresas distribuidoras de GNU/Linux son un ejemplo de los intentos de intimidación basados en patentes.

Toda la discusión sobre GPLv3 tuvo este escenario como prioridad. La única forma de asegurar la libertad es aboliendo las patentes de software donde ya están implementadas y evitando que se implementen en países como el nuestro donde aún no lidiamos con este problema. Una licencia de software no puede solucionar este problema. Sin embargo, si puede tratar de hacer cierto control de daños. GPLv3 tiene un resguardo de patentes explícito para asegurar que usuarios y/o redistribuidores no sean llevados a juicio cuando usen, modifiquen y redistribuyan software libre.

Libre… sobre todo libre…

Si bien la tivoización y las patentes de software son los ejes fundamentales que se discutieron a lo largo de un año y medio de consultas, hay otros temas incluidos en la nueva versión de la GPL.

La internacionalización es uno de ellos. El creciente uso de Software Libre en todo el mundo hace necesario que el lenguaje de la licencia sea adaptable a los textos jurídicos que regulan el copyright en cada país. No son pocos los que piden traducciones de la licencia como solución. Esto no es posible, ya que cada licencia traducida y localizada a una territorialidad específica será una licencia en sí y por tanto incompatible con la GPL original en inglés o con otras traducciones. Esto fragmenta en lugar de unir y quiebra una de las ventajas más grandes del Software Libre: su universalidad.

En GPLv3 se especifica una terminología propia que pueda ser usada sin importar la especificidad de la legislación vigente en cada país. A esto se ha denominado “internacionalización”.

Otros cambios incluyen una modificación en los términos de finalización para dar oportunidades de revertir posibles violaciones involuntarias, el uso y promoción de sistemas P2P y BitTorrent y la compatibilidad con otras licencias como Apache, por ejemplo.

Pero una de las innovaciones fundamentales que hemos visto en este año y medio de trabajo ha sido en el diseño mismo de la licencia. Las versiones 1 y 2 fueron escritas por el mismo Richard Stallman, con ayuda de abogados cercanos. La construcción de GPLv3 se hizo de una manera completamente nueva, con participación pública, consultas, reuniones, eventos y una comunidad enorme a nivel global movilizada para asegurar que el software libre siga siendo libre.

Esta metodología no consta en el texto de la licencia, pero será sin dudas un hito en la historia de nuestro movimiento.

* La frase original es “Eternal vigilance is the price of freedom” – Thomas Jefferson.

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