Monopolios Artificiales sobre Bienes Intangibles

Semillas, tierra y agua: los "idus"1 de marzo

Silvia Ribeiro/Grupo ETC
México

El sur de Brasil, cuna de varios de los movimientos sociales más fuertes de este país y de América Latina, fue, durante marzo de 2006, escenario de la confrontación entre los movimientos campesinos con las transnacionales, teniendo como telón de fondo a la Organización de las Naciones Unidas. Del 5 al 31 de marzo se realizaron, una tras otra, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural, la tercera Reunión de las Partes del Protocolo Internacional de Cartagena sobre Bioseguridad y la octava Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas. Mientras, en México, se reunía el cuarto Foro Mundial del Agua.

Sin pedir permiso, los "condenados de la tierra" en la voz de millares de campesinos, trabajadores rurales sin tierra, desplazados por represas, víctimas de los monocultivos de árboles y de los transgénicos de Brasil y del mundo irrumpieron en la escena de las conferencias de Naciones Unidas que se realizaron en Porto Alegre y Curitiba, mientras decenas de miles marcharon éxico en defensa del agua y contra su privatización.

"Con la calma y la firmeza de las razones justas, armados de semillas, plantas de maíz, banderas y canciones, mujeres, niños y hombres dejaron atónitos a los diplomáticos del mundo - recordándoles que el mundo real está fuera de las mesas de negociación."

Con la calma y la firmeza de las razones justas, armados de semillas, plantas de maíz, banderas y canciones, mujeres, niños y hombres dejaron atónitos a los diplomáticos del mundo - recordándoles que el mundo real está fuera de las mesas de negociación -y furiosos a los directores y cabilderos de las transnacionales.

En la marcha final que convocó Vía Campesina el 31 de marzo, frente al centro de convenciones de Curitiba, más de 5 mil campesinos e integrantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) colocaron una enorme pancarta que resumió lo que está en juego: "La naturaleza y la biodiversidad son de los pueblos: no de los gobiernos ni de las transnacionales".

En Brasil, Vía Campesina marcó el campo de juego desde el inicio: el 8 de marzo, las mujeres del movimiento ocuparon un laboratorio y vivero de eucaliptos clonados de la empresa Aracruz, en protesta contra el "desierto verde" y el atropello de indígenas y campesinos por los monocultivos forestales. Luego, marcharon y cerraron por cuatro horas el acceso a la conferencia de Reforma Agraria. Dos días después, consiguieron que la declaración del foro paralelo Tierra, territorio y dignidad fuera incluida como documento de la conferencia oficial de Reforma Agraria y Desarrollo Rural.

La reunión del Protocolo de Bioseguridad comenzó con marchas y la ocupación del MST y Vía Campesina de un terreno, donde Syngenta estaba sembrando maíz y soya transgénicos ilegales, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Iguazú, el cual aloja las famosas cataratas del mismo nombre. Siguen ocupándolo.

En la semana siguiente, en una victoria contundente de la sociedad civil internacional, el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) mantuvo y reafirmó la moratoria contra la tecnología transgénica Terminator para hacer semillas suicidas. Moratoria que existía dentro del CDB desde 2000, pero que las trasnacionales de los transgénicos habían logrado minar dos meses antes, en una reunión preparatoria del CBD, en Granada.

Las trasnacionales llegaron contentas a Brasil: por los corredores del CDB se paseaban sin pudor los directores globales de Monsanto, Syngenta y Delta & Pine, poseedores de la mayoría del mercado de transgénicos y patentes de Terminator. La victoria en Granada y su sentimiento de superioridad sobre los burócratas gubernamentales, a quienes acostumbran "instruir" por la vía del soborno u otras, les daba ánimo.

Recibieron una bofetada en plena cara. El arco iris de las protestas diarias de Vía Campesina en la calle y dentro del centro de conferencias, la coordinación de centenares de organizaciones de la sociedad civil en la Campaña Internacional contra Terminator, con acciones simultáneas en Brasil y otros países, las intervenciones de los jóvenes y los indígenas, incluyendo delegados especialmente enviados del pueblo huichol de Jalisco y del pueblo guambiano de Colombia, las actividades paralelas con el Foro Brasileño de organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales, lograron, finalmente, que se revirtieran los textos que venían de Granada, para desesperación de las transnacionales y los delegados de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, principales gobiernos que querían romper la moratoria. Los delegados de México, hasta el último momento, también trabajaron para convencer a otros gobiernos de quebrar la moratoria, siguiendo la vergonzosa costumbre que llevaron en todas las conferencias de marzo de asumir la defensa soterrada de las transnacionales.

El momento más fuerte y simbólico en el CDB fue la entrada de las mujeres de Vía Campesina al pleno de las negociaciones: con la pañoleta verde del movimiento y velas, desplegaron ante los delegados oficiales decenas de carteles escritos en varios idiomas demandando la prohibición de Terminator. El presidente de la sesión anunció que tomaría en cuenta también esta "intervención", y ante la frustración del director de Delta & Pine, quien pidió a los elementos de seguridad que intervinieran, la mayoría del pleno se levantó y aplaudió.

"los condenados de la tierra no aceptan su condena, ni a sus verdugos ni a quienes mediante leyes nacionales e internacionales legalizan los privilegios de los poderosos."

Mantener la moratoria contra Terminator es un hecho importante y relevante para millares de campesinos e indígenas, así como para las posibilidades de todos de decidir qué comemos y que no lo hagan las transnacionales. Pero quizá el mensaje principal fue otro, que no quedó en papel y sin embargo no se borra: los condenados de la tierra no aceptan su condena, ni a sus verdugos ni a quienes mediante leyes nacionales e internacionales legalizan los privilegios de los poderosos.

Príncipes y mercaderes de la biodiversidad

Según el comisionado de las comunidades huicholas que llegó a Curitiba para participar en las protestas contra la tecnología Terminator, la política internacional es como una cocina: se juntan unos pocos en nombre de los gobiernos y, con las empresas transnacionales, refríen los platos que nos obligarán a comer a todos. Si luego nos parece que está demasiado salado, amargo o picante, es lo que único hay, nos dicen, lo hicieron los que saben y lo tienes que comer. Muy pocos comerán pastel, otros apenas las sobras y muchos más seguirán con hambre.

En realidad la Organización de Naciones Unidas apenas coloca los condimentos, tratando de hacer más digerible el menú tóxico de la Organización Mundial de Comercio, regado con los fluidos venenosos del Foro Mundial del Agua y otras instituciones similares, donde ni siquiera se usa el teatro de la democracia.

Esta vez el propio escenario hizo evidente lo que había detrás. La octava Conferencia de las Partes del CDB en Curitiba, Brasil, se realizó en un local de exposiciones comerciales llamado Expotrade. Los ministros se reunieron en los locales de un shopping mall. Como broche de oro, el último día de la conferencia, mientras ambientalistas denunciaban a la prensa que los acuerdos tomados en la conferencia legitimaban el avance de la deforestación y amenazaban la biodiversidad, se desmontaron prematuramente las exposiciones sobre el "comercio sustentable" de la biodiversidad — donde ONGs como The Nature Conservancy y WWF pagaron 400 dólares el metro cuadrado para mostrar qué rentable es la biopiratería — , porque se requería el espacio para ... ¡una exposición de las grandes industrias madereras!

Es verdad que en estas ocasiones algunos representantes gubernamentales, sobre todo de países del sur, se sienten incómodos: aún les queda algo de ética y sienten que han ido a la guerra con un tenedor. Los cuchillos largos abundan, pero los monopolizan algunos pocos gobiernos. A las transnacionales les alcanza con escribir el menú y luego servirse con la cuchara grande.

A veces los hambrientos interrumpen el festín. Hace unos años, en Estocolmo, un grupo de punks entraron a un lujoso restaurante y comenzaron a comerse la comida directamente de los platos de los elegantes comensales. Algo así les sucedió en esta conferencia a las empresas, cuando, debido a las presiones masivas de campesinos y organizaciones sociales sobre la conferencia, se afirmó la moratoria contra la tecnología de las semillas suicidas.

Cuatro gobiernos se destacaron por defender abiertamente los intereses de las trasnacionales contra el resto de la humanidad. No sólo en el tema de Terminator, sino también en bioseguridad, trénicos, contra los derechos indígenas y campesinos, contra la impunidad en la deforestación y el saqueo de la biodiversidad. Son Canadá, Australia, Nueva Zelanda y, por supuesto, Estados Unidos. Este último no es miembro del CDB, pero siempre tiene quien hable por ellos.

Por ejemplo, a nuestro comisionado huichol le parecieron mucho más chocantes las posiciones defendidas por la delegación de México. Lamentablemente no estaba solo, es la imagen que quedó a todos los que estaban en la sala y fuera de ella, en el mundo. Ya en la primera semana, durante la conferencia sobre bioseguridad, México trancó todo el plenario final, reabriendo, cuando ya se había llegado a un consenso, el tema del etiquetado de las importaciones y exportaciones de transgénicos, para conseguir que se debilitara el etiquetado y diera mayor impunidad a la contaminación de maíz transgénico que viene de Estados Unidos. Según declararon a la prensa, esto le conviene al país, porque el maíz industrial de Estados Unidos es más barato. Que eso conlleve la ruina de los productores nacionales y la contaminación transgénica del maíz en su centro de origen no entra en ese cálculo.

Fue una posición coherente con la sostenida por el secretario de la Reforma Agraria, Florencio Salazar, una semana antes, en la Conferencia de la FAO sobre reforma agraria. Salazar manifestó — en nombre de México — que la soberanía alimentaría no es necesaria, ya que era mejor si se compraban los productos en otro país donde fueran más baratos. Tener tierra tampoco es tan necesario para los campesinos, según el secretario. Con darles un crédito para que planten jitomates en invernaderos de 300 metros cuadrados, "hemos tenido muy buenos resultados", y así no tienen que seguir plantando maíz, en lo que son terriblemente ineficientes, abundó.

Luego de que el secretario de la Reforma Agraria defendió que los campesinos no necesitan tierra, y que el secretario ejecutivo de la Comisión de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados defendiera que no es necesaria porque afecta los intereses económicos, parecía que no quedaba nada por ver. Pues en la semana que se discutió el tema de la tecnología transgénica Terminator, un representante del Instituto Nacional de Ecología intentó hasta el último momento, en reunión cerrada, convencer a los países megadiversos de que no había que oponerse a estas tecnologías. No llegó a defender la posición en público, porque después de una desgastante discusión con India (que tiene prohibida Terminator a nivel nacional), los otros países del grupo le ofrecieron sacar una declaración contra Terminator "de todos los países megadiversos menos México", y ante tal perspectiva optaron por callarse.

Sería para reírse. Pero es para llorar. Ninguna de las dos, opinó el comisionado huichol, Jacinto Canek, quien volverá a casa a sembrar su maíz y preparar sus propios alimentos, sin pedir permiso a nadie.

Nota:

1- En el calendario romano los "idus" de marzo caían en el 15 del mes de Martius (que correspondería al 14 de marzo actual). Los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar el día 15 de marzo, mayo, julio y octubre y el día 13 el resto de los meses.

Fuente:

www.grain.org/biodiversidad/?id=317

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