India, junto con Brasil, son frecuentemente citados como ejemplos exitosos de voto electrónico. Sólo recientemente, ante las muchas críticas recibidas, la Tribunal Superior Electoral de Brasil permitió que las urnas fueran sometidas a pruebas independientes. El resultado fue que, pese a los pocos recursos y escaso tiempo con el que contaban, uno de los investigadores presentes logró violar el secreto del voto usando electrónica de bajo costo.
Ahora le tocó el turno al sistema Indio, que se precia de ser “inviolable”: pese a que las autoridades electorales de India no permiten audiorías independientes, investigadores en seguridad obtuvieron urnas electrónicas de fuentes anónimas, y construyeron al menos dos ataques plausibles y practicables a las urnas, que permiten alterar los resultados de una elección utilizando componentes electrónicos disponibles en el mercado.