En conferencia de prensa, el Embajador Argentino en Ginebra, Alberto Dumont, destacó la tarea realizada junto a la delegación de Brasil y a los amigos del desarrollo para lograr la aprobación de 45 recomendaciones en el marco del Programa del Desarrollo de la OMPI. Dumont recalcó que los tres años de trabajo invertidos en esto no son tantos si se evalúa la importancia de esta agenda y los tiempos habituales de los procesos que se llevan adelante en Ginebra.
Entre los puntos centrales que Dumont destacó como importantes en relación a las 45 recomendaciones surgidas de la Agenda para el Desarrollo aprobada hoy, lo que consideró fundamental para nuestros países es el tema de la fijación de normas, la transferencia de tecnología y la competitividad. Además explicó que aún es temprano para prever el impacto de estas recomendaciones, aunque destacó que seguramente tendrán relevancia en discusiones importantes en materia de patentes, conocimiento indígena en el marco de OMPI y en negociaciones en otras agencias de la familia de Naciones Unidas que tienen directa relación con estos temas.
Para los primeros pasos en la implememtación de estas recomendaciones no se requiere un esfuerzo extra en materia de recursos humanos o financieros, sin embargo, Dumont destacó que para los años posteriores al 2009 será necesario contar con recursos, tiempo y voluntad política para continuar con esta implementación. A lo cual agregó que estos items llegan a tiempo para pensar una reforma y renovación de la agenda de la OMPI.
Consultado sobre las diferencias entre el texto original de la agenda para el desarrollo presentada hace tres años en forma conjunta por Brasil y Argentina y el documento de consenso aprobado hoy en la Asamblea General, Dumont explicó que no se excluyeron temas fundamentales y que la reducción de la cantidad de items se debe de alguna manera a la síntesis, y a un trabajo de redacción en el que “ninguno de los temas sustanciales se ha perdido”.
Vale mencionar además que en el día de la fecha se aprobó al conformación de un comité de trabajo sobre Desarrollo y Propiedad Intelectual que se ocupará de la implementación y continuidad del programa del desarrollo en el marco de la OMPI, dimensión cuyos impulsores esperan que se traslade en forma transversal a todas las otras negociaciones que tienen lugar en este organismo.