Mejorando la confianza en el escrutinio

Los conflictos alrededor de las recientes elecciones en Córdoba y Chaco muestran a las claras que la ciudadanía no confía en la integridad del proceso de escrutinio. Más allá de los reclamos de recuento de los votos en las urnas, las dudas más graves se dan alrededor del proceso central de suma de los votos: ¿Coinciden los telegramas con las actas? ¿Están todas las actas? ¿Estamos seguros de que las actas no fueron falsificadas? ¿Cómo sabemos si los datos fueron ingresados correctamente al sistema? ¿Habrá sumado bien la máquina? ¿Y si alguna mano negra modificó la base de datos?

Si bien es cierto que no conviene usar urnas electrónicas porque hacen más opaco el proceso y por lo tanto más fácil de subvertir, eso no quiere decir que la informática y las comunicaciones no tengan nada que aportar a la transparencia del comicio. Existe un mecanismo razonablemente sencillo y barato, mediante el cual se puede usar Internet para que los ciudadanos encuentren por sí mismos las respuestas a estas preguntas, sin necesidad de abandonar la boleta de papel y la urna de cartón.

Todo lo que necesitamos es que la autoridad electoral publique, en un sitio web fácilmente accesible, los siguientes datos:

  1. por un lado, la base de datos completa de los resultados de cada mesa, en un archivo de texto plano con campos separados por comas,
  2. por otro lado, las imágenes escaneadas de cada telegrama y de su acta correspondiente.

Así, cualquier persona que sepa usar una hoja de cálculos y esté preocupada por la integridad del escrutinio puede ayudar a verificar si éste es fraudulento o no, revisando que la cantidad de mesas escrutadas coincida con el total del padrón, que su mesa esté presente, y que en ella (y en todas las mesas que desee):

  • esté presente el acta;
  • no haya diferencias entre las cifras del telegrama y las del acta;
  • si fue fiscal en esa mesa, que la imagen del acta coincida con la que firmó;
  • las cifras del acta coincidan con los datos que figuran en la base de datos;
  • los totales y porcentajes calculados con su hoja de cálculos coincidan con los que calculó el programa de la autoridad electoral.

Los medios de comunicación podrían aportar lo suyo, poniendo en funcionamiento mecanismos para que las personas puedan reportar irregularidades. Bastaría así con que la mayoría de los fiscales de mesa verificaran la autenticidad de las actas, un par de ciudadanos por mesa verificaran que el acta coincide con la base de datos, y un puñado de personas se tomaran el trabajo de recalcular los totales, para poder tener un alto grado de seguridad de que el escrutinio fue hecho correctamente.

Es una solución sencilla, robusta y razonablemente barata de implementar. ¿Qué estamos esperando?

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