Después de la WCIT, y más allá

Por Enrique A. Chaparro

I. Aclaración previa y necesaria

Hemos sostenido desde hace mucho tiempo que ciertos aspectos de la Internet que requieren alguna forma de regulación deben ser gestionados de manera minimalista, democrática y respetuosa de los derechos humanos. En consonancia con esa posición, creemos que una intervención significativa de la UIT acarrearía más perjuicios que ventajas. Pero eso no nos convierte ipso facto en defensores de ICANN, organización que debería ser profundamente reformada, democratizada y reducida en atribuciones.

Tampoco confiamos en las buenas intenciones de los gobiernos autoritarios (léase, por ejemplo, Irán o Arabia Saudita) pero eso no genera por oposición confianza en regímenes sedicentes “democráticos” (como los Estados Unidos, que por caso tiene el récord mundial de personas encarceladas, tanto en términos absolutos como relativos, y recurre sistemáticamente a la tortura, el secuestro y el asesinato de quienes considera enemigos políticos). Y, desde luego, una actitud de razonable escepticismo respecto de los gobiernos no implica depositar confianza en las corporaciones. Dicho esto, vamos al grano.

II. Introducción

La Conferencia Mundial sobre Telecomunicaciones Internacionales (WCIT, por sus siglas en inglés), como cualquier conferencia diplomática internacional, es un complejo entramado de intereses y un marasmo de juegos de póker superpuestos. Cada parte tiene su agenda, sus objetivos, sus posiciones de máxima y mínima, y sus estrategias para obtener resultados. Así es el juego, y quienes lo miramos de afuera, pero podemos resultar afectados por el resultado, debemos proceder con precaución para no resultar envueltos a nuestro pesar en alguna de esas estrategias. En esta conferencia en particular, ha habido mucho de “estrategia del tero”1 que, a la luz de la evidencia, ha involucrado —en general, involuntariamente— a organizaciones sociales preocupadas por la defensa de la libertades en el ciberespacio y a internautas “de a pie”.

Al seguir este proceso, tenemos en cuenta cuáles son nuestros principios respecto de las cuestiones que se discuten: que la comunicación es un derecho fundamental, y por lo tanto las infraestructuras de comunicación deben considerarse servicio público esencial; que esas infraestructuras deben estar libres de censura y restricciones a la intimidad; y que es necesario garantizar que los aspectos regulables de la Internet se mantienen en el mínimo indispensable y se gestionan abierta y democráticamente.

III. ¿Qué es la ITU?

La ITU (o UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones) es un organismo del sistema de las Naciones Unidas, que lo predata, surgido en 1934 como fusión de las preexistentes Unión Telegráfica Internacional fundada en 1865) y Unión Radiotelegráfica Internacional, con el objeto de armonizar el tráfico internacional radial, telegráfico y telefónico. Como veremos después, es mucho más que un “organismo técnico”.

La UIT tiene la singular característica, entre las organizaciones multilaterales del sistema de la ONU, de admitir miembros más allá de los estados (aunque solo estos tienen derecho a voto), lo que la convierte usualmente en espacio de lobbying de las grandes empresas de telecomunicaciones y otros grupos de presión.

IV. ¿Qué es el ITR?

La UIT acuerda normas técnicas de telecomunicaciones (a través de su brazo técnico UIT-T, ex CCITT) y de radio (a través de UIT-R), y dos tratados clave que dan el marco político del tráfico internacional de comunicaciones: el RR, Reglamento de Radio, cuya versión vigente (2008) fue aprobada por la WRC2, y el ITR, Reglamento Internacional de Telecomunicaciones. Estos tratados se revisan cada tanto, para garantizar que estén más o menos actualizados respecto de la evolución tecnológica.

El ITR vigente se aprobó en una WCIT en Australia en 1988. En ese tiempo, la Internet era poco más que un experimento académico sobre conectividad de redes heterogéneas; la gran ola de privatizaciones de los servicios de telefonía no había alcanzado la cresta, la telefonía celular estaba en pañales3… Desde hace años, muchos estados miembro señalaron la necesidad de una actualización.

La WCIT de 2012 en Dubai tenía por objeto revisar el ITR y generar, de ser necesario, una nueva versión. Siendo un tratado internacional está sujeto a los principios del Derecho internacional (en particular, la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, de 1968). Señalamos esto para remarcar la importancia del instrumento, que no es una simple norma técnica.

V. ¿Y qué tiene que ver la Internet en todo esto?

Pese a que no resulte obvio por el carácter mítico que ha adquirido en los últimos tiempos4 , los paquetes que la Internet intercambia se desplazan por la infraestructura física de telecomunicaciones internacionales. Pero por diseño la Internet fue pensada de un modo distinto que las tradicionales comunicaciones telefónicas y telegráficas: adhesión voluntaria de redes autónomas, y un conjunto pequeño de estándares que garantizaran interoperabilidad. En consecuencia, y dado que sus orígenes involucran fundamentalmente a la National Science Foundation y al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, los aspectos de Internet que requerían regulación permanecieron de facto fuera de la órbita del ITR.

Claro, hay cosas que deben ser reguladas en la Internet. No queda más remedio, cuando se trata de administrar recursos escasos con usos alternativos. Y otras escaseces, que no son implícitas en el diseño de Internet, fueron inventadas por el camino. La historia de las transiciones de esta administración es muy interesante, y valdrá la pena contarla otro día. Baste por ahora saber que en la actualidad está en manos de ICANN, que actúa por delegación del Departamento de Comercio de los Estados Unidos5.

El gobierno estadounidense ha señalado, en reiteradas ocasiones y al más alto nivel, que hay ciertos aspectos críticos de la Internet cuyo control no piensa resignar, como el control sobre los servidores raíz (root) del sistema de nombres de dominio (DNS). Por otra parte, como ICANN es una corporación sin fines de lucro registrada en los Estados Unidos, está sometida a las leyes de ese país.

VI. Posiciones encontradas

Nadie se sorprenderá si decimos que hay sectores (gobiernos y sector privado) que conciben las comunicaciones solo o primordialmente como una oportunidad de generar renta; otros para los que el alcance de las comunicaciones debe estar subordinado a las políticas de estado, y finalmente otros, como nosotros y otras organizaciones sociales, que creemos que la cuestión fundamental es de servicio público y acceso irrestricto.

Todas estas posiciones se confrontan y entrelazan en cada foro relacionado con las telecomunicaciones, inclúyase o no la Internet. WCIT no habría de ser menos, y de movida conocíamos la existencia de múltiples posiciones. Las mas interesantes eran:

  • (P1) La de los Estados Unidos y la UE, que procuraban que no se tocase nada del ITR 1988 salvo arreglos cosméticos. Esta postura contaba también con el apoyo de países ligados a los EE.UU. por afinidades políticas y TLCs, de los operadores de redes Tier 1 de Estados Unidos, Australia, Japón e India, y grandes compañias de servicios con base en Internet, de las cuales Google es la más prominente. Esta postura es afín con la mayoritaria de la UE (y por lo tanto las englobo en una sola), de que el ITR ya no es necesario y la cuestión debe dejarse librada al libre accionar de los mercados6;

  • (P2) Una suma de propuestas de China, la Federación Rusa, el mundo árabe y algunas naciones africanas, que aspiraban a la inclusión expresa de Internet en el ITR7, un mayor involucramiento de los estados miembro de ITU en la gestión de la Internet, la inclusión de las cuestiones de “ciberseguridad”, y una “garantía de no exclusión” de acceso a la Internet para todos los estados.

  • (P3) La de las grandes operadoras de telecomunicaciones europeas (incluyendo las redes Tier 1 de Europa), agrupadas en ETNO, cuyo punto central de agenda era aumentar beneficios, partiendo del hecho de que son ellas las que proporcionan la infraestructura que hace posible la Internet. Los puntos más “peligrosos” de su propuesta eran la posibilidad de negociar libremente entre operadoras pautas de calidad de servicio, lo que de aplicarse a la Internet destruye automáticamente la neutralidad de la red,8 y la idea de generalizar, extendiéndolo al mundo de la Internet, el método “sender pays” (que comprenderán fácilmente cuánto disgustaba a las corporaciones como Google, Facebook o Twitter).

Alrededor de estas posiciones se tejieron fuertes campañas previas, para ensalzar las propias y desacreditar las ajenas. El argumento central de los defensores de (P1) a favor de su propuesta fue el clásico “si funciona no lo arregles”9 contra los defensores de (P2) sostuvieron que el control de los estados sobre sus tramos locales de Internet implicaba amenazas a las libertades de expresión y de información, y al derecho a la vida privada10 . La campaña contra la propuesta (P2) (y en menor medida contra la (P3), que por sus vericuetos técnicos parece más difícil de explicar) adquirió escala global, motorizada no solo por los estados partidarios de (P1) sino también por corporaciones como Google, particularmente activa, medios de prensa y ONGs usualmente preocupadas por cuestiones de libertades públicas en la Internet.

VII. El desarrollo

Esa campaña no solo fue muy intensa durante los días previos a la WCIT, sino que también se mantuvo durante la conferencia y fue reflejada en medios de prensa con titulares catastróficos y notas apocalípticas11. La intensidad de la campaña hizo que al comenzar la conferencia el presidente de la UIT, Hammadoun Touré, asumiera el compromiso de que el ITR no iba a tratar cuestiones relacionadas con Internet y que las decisiones, como históricamente había sucedido en la UIT, se iban a tomar por consenso.

Los sostenedores de la propuesta (P2) insistieron en ella, presentando un borrador con su posición de máxima para sondear el ambiente, retirándolo luego para presentar otro un poco más tibio, que también retiraron. La situación pareció estancarse.

Fracasadas todas las movidas tendientes a incorporar las cuestiones de Internet explícitamente al ITR, los últimos borradores antes de la sesión final parecían acercarse bastante a la propuesta (P1), salvo por algunos pequeños detalles. El texto que avanzaba hacia la reunión final no contenía mención alguna a la Internet, y se habóan agregado dos salvaguardas importantísimas:

  1. En el Preámbulo, la declaración de que “Los Estados miembros afirman su compromiso de implementar estas Regulaciones de una manera qie respete y sostenga sus obligaciones de derechos humanos”
  2. En el Art. 1.1., la declaración expresa de que “Estas Regulaciones no se ocupan de los aspectos de las telecomunicaciones relacionados con los contenidos”12

Pero sobre el fin de la jornada previa a la final, los Estados Unidos y sus aliados automáticos (el Reino Unido y Canadá) patean el tablero. ¿Por qué se “enojan” los EE.UU., y todos los medios que habitualmente le hacen coro al gobierno estadounidense y a las grandes corporaciones de ese país levantan títulos catástrofe (Wall Street Journal13 , Forbes14 , pasando por CIO Magazine15 o AOL Government16 ?

Aparentemente, por la incorporación de los artículos 5A y 5B. Demasiado, si se analiza, para generar una movida que, según el New York Times,17, aparece como concertada. Otro factor es que el miércoles se rompió la trama del consenso y se llevó a voto una resolución sobre Internet18, pero un factor central de irritación parece estar en la incorporación de una declaración acerca del derecho de acceso de los estados miembros a los servicios internacionales de telecomunicaciones.

¿Por qué habría de resultar grave para los EE.UU y sus aliados una declaración aparentemente tan inocua19 colocada en el Preámbulo? Esta declaración, que previamente se había propuesto como parte del artículo 3, es consistente con una propuesta de los estados árabes en la reciente WTSA, T09-WTSA 12-C-006420. Al aprobársela, impide (de jure, claro, que en la práctica es otra cosa) a los Estados Unidos bloquear arbitrariamente el acceso a las telecomunicaciones internacionales (y por extensión razonable, a la Internet), desde o hacia países que considera “enemigos” sin formal declaración de hostilidades. A modo de ejemplo: un usuario de Internet en Irán no puede acceder a servicios de Google como Analytics21, no puede registrar dominios con GoDaddy, no puede conectarse a Android Market o AppStore, no puede adquirir un certificado SSL para un sitio .ir, etc., etc.

Volvamos a analizar las pretensiones de los EE.UU., sus aliados y las grandes corporaciones de Internet que surgen de (P1):

  1. Evitar cualquier avance que signifique transferir aspectos centrales regulatorios de la Internet de la órbita del derecho interno de los Estados Unidos a la del derecho internacional.
  2. Evitar cualquier avance que implique obligaciones de servicio universal.
  3. Evitar cualquier regulación tarifaria.

El primero y el tercer objetivo pueden darse por cumplidos. El segundo también, en buena medida, aunque la declaración sobre derecho de acceso deja una hendija abierta. Con buena probabilidad es esta la raíz del show mediático y el escándalo. Todo lo demás es, por parte de los EE.UU y sus aliados, una gigantesca maniobra de PR que logró involucrar, cándidamente, a un gran número de organizaciones sociales defensoras de derechos humanos en el ciberespacio. No es que levantar la voz contra la posibilidad de que gobiernos que no se caracterizan por su respeto a las libertades dispongan de un instrumento jurídico internacional que les posibilite acciones de control sobre sus ciudadanos sea una postura errónea o censurable; pero veamos qué
sucede en realidad:

  • El ITR se aplica a los servicios de telecomunicaciones internacionales. Pero para acceder a esos servicios, un usuario debe pasar necesariamente por un servicio nacional22 . Y el ámbito nacional está reservado a los estados respectivos.
  • Nada parece indicar que una regulación internacional de telecomunicaciones detenga las acciones de censura y vigilancia de los estados que pretendan hacerlo.
  • Nada indica a priori que el ámbito del derecho internacional sea más nocivo para la Internet que el del derecho interno de los Estados Unidos.
  • Que UIT, y en consecuencia sus estados miembro, tenga un rol más importante en la gestión de aquello que resulte indispensable regular en la Internet no es buena idea. En particular, por sus procedimientos poco transparentes en la adopción de estándares y por su histórica ineficacia. Que los aspectos regulables de la
    Internet sean regulados por un mecanismo “un estado = un voto” es aún peor. Pero en el actual estado de cosas ICANN, que se encarga de estos aspectos (y de otros más que no precisarían regulación, pero que igual ha abordado)23 , comete atrocidades reales que empalidecen las potenciales que la ITU pudiera cometer (más sobre esto en la sección “Mientras tanto…”, más abajo).

Además de estas cuestiones, es necesario tomar en cuenta que la ITU carece de poder sancionatorio para hacer cumplir cualquiera de las normas que emite, con lo cual la supuesta “amenaza” es un fantasma de papel: los estados que quieran cumplir las normas lo harán, y los que no, no, sin consecuencias. Como ha sucedido hasta ahora. Y como, a diferencia de ICANN o WIPO, que medran y engordan con los aranceles generados por los sectores que supervisan24 , las finanzas de ITU dependen de las cuotas de membresía, la venta de los documentos de estándares, y donaciones, su poder económico es más que limitado. Finalmente, el rol de la ITU como organismo normalizador ha venido reduciéndose desde la década de 1980, lo que a su vez incide a la baja en la calidad técnica de sus subcomités en un proceso de espiral descendente. Únicamente las normas sobre radio de ITU-R tienen hoy día importancia significativa en cuanto a normalización.

VIII. El nuevo ITR

La posibilidad de consenso se rompió, el nuevo ITR se votó, con adhesión de la mayoría de los países de América Latina (a excepción de aquellos que tienen Tratados de Libre Comercio con los EE.UU), rompiendo de ese modo el acuerdo informal de CITEL25 , y un buen número de medios de prensa locales notoriamente enfrentados con el gobierno (Clarín, La Nación, La Voz del Interior) aprovecharon para desinformar vergonzosamente, dando muestras (por si hicieran falta más) de su ignorancia en estos temas.

Así pues, tenemos ITR nuevecito, que entrará en vigencia a partir de 2015. Como es un tratado internacional, deberá ser aprobado en cada caso conforme a los mecanismos legales de cada país. Muchos firmantes (y no firmantes) incluyendo a la Argentina efectaron reservas, como suele ser de práctica. En algún momento no demasiado lejano, el Ejecutivo lo enviará al Congreso para su aprobación. Las actas finales de la WCIT 2012 están disponibles en el sitio de la UIT.

Ahora bien, dado el ruido que produjo, ¿qué podemos decir acerca del ITR?

  1. En términos generales, respecto de los temas que nos interesan, el nuevo ITR es mejor que el de 1988. Aunque estas mejoras tengan carácter meramente declarativo, reconocen cuestiones de importancia:

    • Incorpora la cuestión del respeto a los derechos humanos (Preámbulo);
    • Excluye expresamente de la regulación los aspectos de contenido (Art. 1.1);
    • Incopora un nuevo artículo (8A) instando a los estados a adoptar las mejores prácticas respecto de eficiencia energética y basura electrónica
    • Incluye un nuevo artículo (8B) sobre la promoción del acceso de personas con discapacidades;
    • Hace un intento (tibio, restringido y de corto alcance) de avanzar en el sentido de la universalidad de acceso al declarar el derecho de los estados a acceder a los servicios de telecomunicaciones internacionales (Preámbulo).
  2. El resultado del proceso ha sido en general satisfactorio, respecto de no dar lugar a las propuestas que potencialmente pudieran significar un peligro (como vimos más arriba, muy magnificado por una intensa campaña publicitaria).

    • El tratado establece expresamente que las referencias a Recomendaciones ITU-T en el texto no le dan a estas carácter obligatorio;
    • Las definiciones de ‘Telecomunicaciones’ y ‘telecomunicaciones internacionales’ no cambiaron, y no se incorporó el nuevo término “ICT”
    • El tratado no hace ninguna mención, expresa ni elíptica, a la Internet. En todo caso, la ambigüedad de alcance permanece tal cual estaba en el Reglamento de 1988.
    • Ninguna de las propuestas regulatorias sobre “ciberseguridad” fue incorporada.
    • No quedó la más mínima traza de las propuestas de ETNO sobre “sender pays” y calidades de servicio diferenciadas.
    • Las provisiones sobre numeración se limitan a referencias a los recursos de numeración especificados en las recomendaciones ITU-T, y no se extienden a recursos de nomenclatura, numeración o identificación más allá de ellas.
  3. Hay algunos aspectos potencialmente problemáticos, aunque su gravedad ha sido notablemente exagerada por algunas fuentes:

    • La incorporación del artículo 5A sobre seguridad y robustez de redes. La redacción26 es demasiado general, por lo que permite múltiples interpretaciones. Pero la preocupación que expresa es legítima, y las salvaguardas construidas en el tratado —ver el punto 1 anterior— parecen ser suficient es para garantizar que no dará base jurídica a una interpretación represiva. La realidad práctica, como ya señalamos, es otra cosa; y aún sin esta cláusula los regímenes represivos continuarán censurando y vigilando en nombre de la “seguridad”.
    • La incorporación del artículo 5B sobre comunicaciones electrónicas a granel no solicitadas. La redacción se cuida de hacer mención alguna a Internet27 . Dada la salvaguarda impuesta por el Preámbulo y el artículo 1.1, su alcance es limitado: a lo sumo, autoriza mecanismos anti-spam que nooperen sobre el contenido (y sí, es posible establecer ese tipo de mecanismos)28 . Por otra parte, en muchos países rigen leyes que impiden el acceso a contenidos sin las debidas garantías jurisdiccionales, lo que reduce aún más el marco de lo posible en función de esta regla29 . Una vez más, la realidad es otra cosa.
    • La aprobación de una resolución (PLEN/3), “Fostering an Enabling Environment for the Internet”. Esta resolución, que no es parte del tratado y por lo tanto no es vinculante, puede verse como una muy mínima concesión a los miembros que impulsaban una mayor participación de los estados, a través de la ITU, en la gestión de la Internet. La capacidad que tenga en conformar el futuro de la Internet puede considerarse despreciable: todo lo que expresa es que una mayoría de estados miembros de la ITU desean continuar discutiendo las cuestiones de ‘gobernanza’ de la Internet en la ITU30 . Señalarla como una especie de “caballo de Troya” destinado a conferir poder a Rusia o China es, en el mejor de los casos y presumiendo buena fe, una exageración.

Como resultado indirecto, esta WCIT arrojó otro pequeño saldo positivo: debido fundamentalmente a la presión de las organizaciones sociales el grado de transparencia del proceso, que aún sigue siendo oscuro, mejoró sensiblemente.

IX. Mientras tanto…

Mientras numerosas organizaciones, muchas de ellas afines a nuestras posiciones, se concentraban en este proceso invirtiendo una enorme dosis de esfuerzo y recursos, tenían lugar acciones mucho menos publicitadas, con repercusión limitada a los círculos académicos que siguen en detalle la ‘gobernanza’ de Internet, y que constituyen atentados contra libertades fundamentales.

  1. El GAC de ICANN y sus ataques a la libertad de expresión: GAC (Govermental Advisory Committee) es uno de los grupos que forman parte del complejo entramado de ICANN31 . La política de aisgnación de nuevos dominios de nivel superior (TLD) permite formular objeciones anticipadas (“early warnings“) a las solicitudes de nuevos TLDs; este equivalente de poder de veto en manos del GAC ha sido utilizado para bloquear nombres que a algunos estados, encabezados por los EE.UU., no le gustan, fuera de todo procedimiento o cualquier apego a la ley internacional. Así, se han presentado recientemente un gran número de early warnings contra TLDs propuestos. La mayoría de estas objeciones no provienen de Rusia o de China, sino de Australia, que con el argumento de tratarse de términos con “connotaciones excesivamente negativas” y de que “faltan mecanismos suficientes para resolver el potencial de un alto nivel de registraciones defensivas”32 , ha objetado los TLDs .sucks, .gripe, .fail, .wtf y otros. El argumento de la registración defensiva es ridículo, dado que no parece que los 20 dólares de un registro vayan a afectar mucho los costos de una corporación con suficientes pulgas como para protegerse de un dominio .sucks. Pero el otro argumento es lisa
    y llanamente un atentado a la libertad de expresión: un usuario de Internet puede escribir aquí “Australia sucks!”, puede publicarlo en un libro; hasta puede intentar registrar australiasucks.com… pero no podrá registrar australia.sucks. ¿Bases en el derecho? Ninguna, bien, gracias.

  2. A finales de noviembre, el Board de ICANN concedió al Comité Olímpico Internacional, a la Cruz Roja, y a otro conjunto de organizaciones intergubernamentales poderes extraordinarios para el registro de nombres bajo los nuevos TLD. Una decisión arbitraria del board, sin base en ninguna política o proceso, borrando con el codo una resolución previa, descartando un proceso de desarrollo de políticas en curso, y revirtiendo una resolución
    del propio grupo de trabajo de ICANN encargado de las políticas de nombre de dominio, el GNSO Council33 . Otra concesión al emporio de las marcas registradas, pero además una muestra del fracaso deI CANN en convertirse en una institución legítima de generación de políticas, que desmiente en la práctica el supuesto “bottom up process” y demuestra que lo que en realidad pesa en la toma de decisiones es la capacidad de lobby de ciertos grupos.

  3. Otro caso de ICANN dinamitando sus propios procesos y cediendo a las presiones de grupos de poder: tras un fuerte lobby, el presidente de ICANN, Fadi Chehadi, hizo lugar a las demandas del grupo de interés de las marcas registradas llamando a una reunión cerrada en Los Angeles, que además, debido a la poca antelación del aviso, tuvo representación muy desequilibrada, para resolver sobre las peticiones de ese grupo de presión. El resultado, de todos modos, fue un poco menos malo que lo esperable, pero todo el proceso remacha otro clavo en la supuesta “gestión transparente y democrática” de ICANN.

¿Cuántos alaridos, sin duda legítimos, de sectores bien intencionados hubieran despertado hechos como estos tres, de haberse llevado a cabo por un organismo del sistema de Naciones Unidas?

X. Lecciones aprendidas y estrategias para el futuro

En medio de esta agitación quedan leccines útiles. La primera es que aún las más insospechables organizaciones sociales pueden ser conducidas (por razones muchas veces atribuibles a la ingenuidad) a posiciones que no tienen que ver con sus principios, lo que conduce a no lograr diferenciarse adecuadamente de las posiciones sostenidas por ciertos gobiernos y corporaciones.

La segunda es que resulta indispensable hacer lectura política más profunda de lo que sucede en los foros internacionales. Esta vez, observándolo desde el punto de vista de las organizaciones que defendemos la vigencia de los derechos humanos en todos los ámbitos, no hubo mayores daños en términos de consecuencias, ni pérdidas sensitivas de credibilidad de las organizaciones sociales, que en buen número y sin pretenderlo jugaron por largo tiempo el juego que pretendía uno de los sectores en disputa. Una combinación de olfato, buen instinto, hábito de lectura, y desproporcionadas reacciones de medios de prensa y trolls varios, permitió sobre el final del proceso que algunas organizaciones lográramos percibir que el resultado de la WCIT distaba mucho de ser grave y acompañar el portazo teatral de EE.UU. y sus aliados.

De hecho, algunas organizaciones han llegado a conclusiones cuando menos alarmistas, que no se condicen con el análisis que aquí presentamos. ‘Access’ realiza su diagnóstico de “lo bueno y lo feo” de la WCIT en términos que no compartimos, y es una buena muestra de tal postura34 .

En cuanto al ITR en sí, y en el plano local, el Congreso deberá tratarlo en algún momento. De máxima, resultaría ideal depositar una reserva interpretativa sobre los artículos 5A y 5B, que diga algo como “la República Argentina entiende, en consonancia con los principios generales enunciados en el Preámbulo y en el artículo 1.1 del ITR, que en ningún caso un Estado miembro tiene derecho a interpretar los artículos 5A y 5B como autorización para intervenir sobre las telecomunicaciones, imponer cualquier restricción a la libertad de expresión, o actuar sobre el contenido de las telecomunicaciones sin ley previa y orden específica de juez competente.” Esta salvaguarda es mucho más importante desde el por sentar posición de la Argentina respecto del respeto a valores fundamentales (y deberían estar de acuerdo en ello tanto el partido del gobierno como sectores de la oposición), que por los efectos prácticos que pueda tener. Con buena probabilidad, estos aspectos del ITR en la práctica resultarán inocuos (y la reserva en nada modificará las acciones de los estados que vulneran la libertad de expresión y la intimidad).

Por otra parte, debemos seguir insistiendo sobre la necesidad de mayor transparencia en los procesos de la UIT en general, y ante nuestro gobierno en la necesidad de integrar representación de la sociedad en procesos como este.

La enrome maniobra de relaciones públicas que rodeó al proceso de la WCIT 2012 y ha levantado levantando polvareda desde hace bastante tiempo, ha logrado configurar algo que Milton Mueller acertadamente llama “ITUfobia”, y ha funcionado como un eficaz sistema disuasivo para evitar que los interesados, particularmente las organizaciones sociales que se ocupan de las cuestiones de libertad y equidad en la Internet, discutamos el verdadero problema: cómo construir instituciones de ‘gobernanza’ de Internet nuevas, minimalistas, abiertas y efectivas, y principios liegales aplicables a escala global que regulen y limiten el poder de los estados y de los actores del sector privado para abusar de los usuarios. Este es el compromiso de Vía Libre en todos los ámbitos en los que trabajamos.

  1. […] pero hacen como los teros / para esconder sus niditos: / en un lao pegan los gritos / y en otro tienen los güevos.” — José Hernández, El gaucho Martín Fierro, Canto XII []
  2. World Radiocommunications Conference, Ginebra, 2007 []
  3. La primera red pública de telefonía celular fue inaugurada por NTT en Japón en 1979. En Estados Unidos la primera red ‘1G’, de AmeriTech, apareció en 1983. []
  4. La Tercera Ley de Clarke sostiene: “Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. []
  5. De la plutocrática ICANN y sus procesos nos ocuparemos en otra ocasión. Quede dicho por ahora que su relación con el gobierno de los EE.UU. está dada por un instrumento que, si lo ubicáramos 300 años atrás, podría tildarse de “carta patente”. []
  6. Curiosamente, esta posición del “libre accionar” no ha sido la de EE.UU., que en 2008 señalaron la necesidad e importancia de revisar el ITR. []
  7. La lectura de las ITR vigentes permite perfectamente interpretar que las conexiones internacionales de Internet entre proveedores de servicio están tácitamente incluidas, según la definición del art. 2.2. []
  8. Para que se entienda más claramente: bajo esa forma de negociación, el “carrier” X podría tener acuerdos de calidad de servicio preferencial con el proveedor de servicio Y, de modo tal que todo tráfico que pase por X con destino a Y tenga mayor prioridad relativa que el destinado a Z, P, Q, otros proveedores de servicio competitivos con Y. []
  9. Hipótesis que implica que hoy día la gestión de la Internet funciona bien, y que como veremos después, es al menos parcialmente falsa. []
  10. Es probable que China o Arabia Saudita, teniendo la potestad, impongan censura sobre el acceso de sus ciudadanos a la Internet. Pero es absolutamente cierto que lo hacen, con ITR que los autorice o sin él, con lo cual la objeción es en la mayoría de los casos puramente retórica. Y lo hacen con la cooperación expresa y voluntaria de corporaciones que tienen sede en países aparentemente democráticos. []
  11. El 6 de diciembre, Techdirt publica una nota disparatada. Sea producto de la ignorancia sobre el ámbito al que se aplica el ITR, o de la mala fe, en cualquier caso ofende a la palabra “periodismo”. Una excelente muestra de la campaña previa es esta nota en Vanity Fair de mayo, titulada “World War 3.0”. []
  12. Traducido directamente del original en inglés. La versión oficial en castellano, por lo tanto, puede ser ligeramente distinta. []
  13. L. Gordon Crovitz: “The U.N.’s Internet Power Grab”, Wall Street Journal. []
  14. Larry Downes “Why is the UN Trying to Take over the Internet?”, Forbes Magazine. []
  15. Stephen Lawson “Controversy erupts at WCIT over resolution on Internet”, CIO Magazine, 13 dic 2012. []
  16. Kevin G. Coleman “UN Agency Opens International Internet Traffic To Government Scrutiny”, ”AOL Government”, 14 dic 2012. []
  17. Eric Pfanner, “Message, if Murky, From U.S. to the World”, ”The New York Times”, 15 dic 2012. []
  18. Se trata de la resolución PLEN/3 (Dubai 2012), de la que nos ocupamos más adelante. Las resoluciones de la conferencia no son vinculantes, a diferencia del ITR en sí. []
  19. “These Regulations recognize the right of access of Member States to international telecommunication services.” []
  20. WTSA es la Asamblea Mundial sobre Normas de Telecomunicaciones, un mecanismo decisorio técnico-político de la UIT. La WTSA más reciente se llevó a cabo en Dubai, inmediatamente antes de la WCIT. El texto de referencia está disponible en este enlace. []
  21. Si lo hace, aparecerá la leyenda: “We’re unable to grant you access to Google Analytics at this time. A connection has been established between your current IP address and a country sanctioned by the U.S. government. For more information, see http://www.ustreas.gov/offices/enforcement/ofac/.” []
  22. Salvo excepciones muy limitadas, como accesos satelitales directos… pero estos caen bajo la potestad regulatoria del espectro radioeléctrico que tienen los estados. []
  23. Además, en el proceso regulatorio, ICANN ha logrado hacer escasos o fuertemente jerarquizados, y por lo tanto regulables, recursos que no lo son por diseño de la Internet, por ejemplo propulsando el establecimiento de una infraestructura ‘segura’ de nombres de dominio (DNSSEC) o de autorizaciones de origen de rutas (ROAs). []
  24. Según sus estados contables de 2011, ICANN obtiene 65 millones de dólares de aranceles pagados por registros (“registries“) y registradores (“registrars“) de nombres de dominio, y un beneficio neto de 15 millones (casi el 20% de los activos netos). []
  25. CITEL es una especie de “mini UIT” conformada en el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA). []
  26. 41B. Member States shall individually and collectively endeavour to ensure the security and robustness of international telecommunication networks in order to achieve effective use thereof and avoidance of technical harm thereto, as well as the harmonious development of international telecommunication services offered to the public.” []
  27. 41C. Member States should endeavour to take necessary measures to prevent the propagation of unsolicited bulk electronic communications and minimize its impact on international telecommunication services. Member States are encouraged to cooperate in that sense.” []
  28. Es probable que muchos usuarios agradecerían que las operadoras de celulares dejasen de enviar mensajes no solicitados y no relacionados con el servicio, y los call centers dejaran de insistir en venderle cualquier cosa por vía telefónica. []
  29. En la Argentina, el artículo 5 de la [ley 25520] [INT]. []
  30. La resolución es breve y no dice mucho. Puede consultarse íntegra en el sitio de la UIT. La parte dispositiva dice:

    The World Conference on International Telecommunications (Dubai, 2012)* (…) resolves:
    to invite Member States

    1. to elaborate on their respective positions on international Internet-­‐related technical, development and public-­‐policy issues within the mandate of ITU at various ITU forums including, inter alia, the World Telecommunication/ICT Policy Forum, the Broadband Commission for Digital Development and ITU study groups;
    2. to engage with all their stakeholders in this regard,

    instructs the Secretary-General

    1. to continue to take the necessary steps for ITU to play an active and constructive role in the development of broadband and the multistakeholder model of the Internet as expressed in §35 of the Tunis Agenda;
    2. to support the participation of Member States and all other stakeholders, as applicable, in the activities of ITU in this regard.

    []

  31. Tienen representación en el GAC 108 países miembros de la ONU, tres generalmente no reconocidos (Islas Cook, Niue y Taiwan), una teocracia absoluta (Vaticano), tres subdivisiones administrativas de otros estados (Monserrat, Hong Kong y Bermuda), la Comisión Europea y la Comisión de la Unión Africana. []
  32. “Registración defensiva” es registrar preventivamente un nombre de dominio que podría representar publicidad negativa para una empresa, pero que no puede ser disputado con base en la Uniform Dispute Resolution Policy (un marco regulatorio extralegal impuesto por ICANN), por ejemplo cocacolasucks.com. []
  33. GNSO: Generic Names Supporting Organization, el grupo de ICANN encargado de las políticas sobre nombres de dominio genéricos. []
  34. Accessnow.org, WCIT WATCH: Analysis of the new ITRs, parte 1 y parte 2 []

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